¿El enclenque de Dominic West interpretando el papel del fornido Jean Valjean?
Ingleses interpretando a franceses, ¿Es comedia poco comedida o qué?
LA PRIMERA EN LA FRENTE
Partiendo de las bases y remitiéndonos a la fuente que es la exquisita y excepcional novela, nos asaltan dudas previas al visionado de la nueva serie del canal #O de Movistar Plus... ¿Serán capaces de plasmar la crueldad y decepción constantes aunque previsibles denunciadas por Victor Hugo?
La satírica visión de los personajes, la miseria de sus lamentables vidas y la descripción que se hace de ellas, ensañándose hasta el punto de volverse dolorosas para el lector, son desafíos mayores. Tememos que la demasiado gruesa finura inglesa no llegue a captar la rapacidad francesa, como ya venimos observando desde tiempos inmemoriales...
VER "LOS MISERABLES"
Abrimos pues la crítica encadenando una canción de Radiohead: 'No surprises', que actúa doblemente adelantando nuestra opinión sobre la interpretación y la opinión de Hugo sobre la Naturaleza del ser humano.
De camino a la reseña de la serie también comentaremos que fuimos incapaces de tolerar la película: ¿A quién se le ocurrió, por el amor de Dios, montar un tostonazo de musical? A la primera canción que nos enchufaron, desistimos. ¡Qué manía con desvirtuar la complejidad! Todo tiene que ser divertido y liviano... ¡¡Pues no hagas una adaptación de los miserables, coño!!. Si hay que dar a conocer la obra original, cíñete a ella y no la vulgarices aunque con la excusa de divulgarla.
'Los miserables' empieza con el fracaso francés en la Batalla de Waterloo, más o menos por el ecuador del libro, parte que muy gustosamente evitamos leer porque resultó pesada y demasiado descriptiva sin aportar nada de lo que andábamos buscando, sólo arrojando luz al porqué se perdió en Waterloo. Unos hechos que se retoman descaradamente en la película de Netflix "The King", a la que ya alabamos hace pocos días en nuestro portal (VER CRÍTICA DE THE KING)
V. Hugo es un C. Bukowski elegante que relata el devernir de la sociedad francesa después de su revolución en 1789, que puso fin a la monarquía guillotinando el derecho real y divino de Louis XVI y Maria Antonieta.
Con 'Los miserables', Victor Hugo logró colarse admirablemente por todas las fracturas del ser humano y consiguió plasmar TODAS las facetas de la miseria de nuestra raza humana:
- La fortuna de los unos a expensas de los otros. Sin escrúpulos y sin piedad prosperan en un "sálvese quien pueda". Miseria del alma explotadora. ¿Cómo se puede ser tan frío, tan cruel, tan pobre?
- La consiguiente pobreza de los explotados que, despojados de su dignidad por los anteriores, quedan relegados a categoría animal y esclavos de los más bajos instintos, pues si el hombre no cultiva ni esculpe sus emociones acaba siendo una bestia. Por CULTURA no entendemos ni aceptamos la "cultura" que nos han enseñado en las escuelas, la misma que nos limita nuestras infinitas capacidades mentales, y solo intenta "normalizarnos". Por cultura nosotros entendemos expansión de la mente, reflexión y autocrítica basada en nuestra máxima que es intentar hacer el bien.
- El libro ejemplifica magníficamente lo anterior, desenmascarando a sus 3 personajes universitarios (que vemos también en la serie): jóvenes, guapos y supuestamente cultivados que no tienen ni piedad, ni principios ni moral quedando a nivel de seres tan miserables como el resto de bestias de la historia (de la humanidad)
Parece que Hugo nos transmite que la pureza del alma, la bondad y la inocencia sean el remedio ante la violencia tanto implícita como explícita de la sociedad. Son los más torturados por la vida los únicos que se salvan de la miseria del alma pero no de la material y por lo tanto éstos jamás podrán prosperar hundiéndose con ellos su posesión más preciada: la belleza. Desgraciadamente, Víctor Hugo parece transmitir la obvia fatalidad: estamos todos condenados a la pobreza espiritual o monetaria. La primera dará a luz a la mezquindad, la segunda a la indigencia.
Tuvimos, como anécdota ilustrativa, un encontronazo con una limpiadora que nos habló de su marido y de sus hijas y nos comentó que su cónyuge era muy bueno porque no fumaba, no bebía, no salía... su único problema era el juego y que ella tenía que trabajar para saldar las deudas de su marido. Y nuestra reflexión fue: la vida en realidad no ha cambiado desde los tiempos de Hugo. Han pasado 200 años pero todo sigue igual en las profundidades del alma humana. No ha habido evolución, los problemas y bajezas de antes son los de ahora. Otra forma, otro discurso, otros colores, otros collares pero los mismos perros. El acceso a la tecnología, a la medicina a los avances científicos son reales pero el epicentro del que nacen los lamentos del mundo permanece intacto y así seguirá a menos que se despierten las conciencias y dejemos de estar bajo el yugo de la educación y la normalidad.
Todos somos educados para ser miserables. Tenemos que vender nuestro tiempo a cambio de un magro salario o bagaje educativo pero... ¿cuál es la solución? Pensemos, pensemos colectivamente, pongamos en marcha la inteligencia colectiva y protestemos contra el constante EMPOBRECIMIENTO y desgaste al que estamos sometidos. Revertir la situación es ponerle fin a la historia de la humanidad tal y como la conocemos. ¿Seremos capaces de renegar de los orígines, rebelarnos y hacer un "THE END OF THE FUCKING WORLD" real con todas las consecuencias?
No podemos permitir que nos chupen la poca dignidad que nos queda como seres vivos. No podemos entregársela al sistema y quedarnos tan anchos como vacíos. Que alguien nos ayude a hacer algo. Es terrible vivir así conformándonos con que el más mínimo sentido sea el sentido humanístico de nuestras vidas. No podemos ser unos parásitos de un sistema enfermo sino que debemos tener conciencia de que nosotros somos el sistema y nosotros estamos dándoles a ellos las herramientas para subyugarnos y somos nosotros las víctimas a la vez que los verdugos.
Victor Hugo lo vio, Dostoeivski lo vio, Bukowski lo vio, y no fueron los únicos: somos muchos los que lo vemos. Todos lo escribimos y los medios lo divulgan haciendo que la fuerza del mensaje se pierda en el entretenimiento vacío y absurdo. Escudándose en que hay que dar a conocer las obras clásicas como los miserables siendo la cultura una razón, alimentan a la industria de la incultura. Refugiados en el público orgullo democrático intentamos imponer por la fuerza la tiranía de "la cultura porque sí" desvirtuando el significado de la misma.
¿Cuál es realmente el objetivo de saber que existe una obra como esta si no se transmite el escarnio, el dolor y la miseria y todo queda bonitamente empaquetado como si nada? ¿Cuál es el valor de saber que Napoleón perdió en Waterloo en 1815? El valor sigue siendo la diseminación del estúpido mantra con el que han conquistado la colectividad: cultura=saber muchas cosas. Preferimos saber pocas, y las que sepamos ponerlas a disposición de la conciencia para hacer AVANZAR la sociedad. Para muestra un botón.
En definitiva, todo esto para decir que en los 10 primeros minutos de serie ya vemos que no, que la interpretación británica sigue empeñada en minimizar el dramatismo que hemos intentado transmitir con estas líneas. Que Dominic West no puede ser el representante de nuestro adorado Jean Valjean, imposible... Pero más allá de la categorización de los actores, sería un milagro llegar a plasmar en imágenes lo que Víctor Hugo llegó a transmitir con palabras, y requiere mucha práctica y dedicación absoluta. No es el caso porque, como suponíamos, aquí lo importante es entretener, por si no estuviéramos ya demasiado entretenidos.
Seguiremos atentos viendo lo que nos ofrecen pero ese "no alarms and no surprises" será, muy probablemente, la conclusión vaticinada desde el inicio.
