Sin pelos en la lengua: CEC dice NO a promocionar ciertos productos, o a emitir una opinión neutra para no molestar a las cadenas.
A PARTIR DEL 12 DE JULIO, en STARZ PLAY España y Latinoamérica, una original de STARZ a evitar en la medida de lo posible: "P-VALLEY".
Su frivolidad apesta igual que esos culos al aire que estamos cansados de que se restrieguen por la pantalla...
¿Cuál es el argumento?
Estamos en el fondo del Delta del Mississippi, en esa América profunda donde no se entiende nada de lo que dicen porque la dicción brilla por su ausencia. Un áspero lugar para la existencia humana donde la belleza puede ser difícil de encontrar. Sin embargo, ahí se halla un supuesto oasis de arena y brillo.
Si la belleza está presente en P-Valley es que nosotros estamos ciegos. En P-Valley, la P viene de "pussy": Bienvenidos al valle del coño. ¡Sí señor! Así de sutil es esta producción, donde la finura brilla por su ausencia. Sin querer dárnoslas de puritanos, ni mucho menos, si uno quiere gozar de espectáculo "oh-cular" o mamario, hay otras opciones en Internet.
Aquí tratan de colarnos una serie que sigue la vida de unas bailarinas de striptease que trabajan en un cochambroso bar regido por... el tío Clifford (Nicco Annan), un travesti que se hace con todos los excesos habidos y por haber. Cuanto más, mejor. Y así todo lo que hemos podido aguantar. Más culo, más carne, más tetas, más alcohol, más depravación, más y más.
Crítica de la serie P-VALLEY (STARZ PLAY España, Próximo Estreno)
Una chica apodada "noche de otoño" (Elarica Johnson) adopta una identidad falsa y quiere bailar en un bar de striptease para ganarse la vida. Aprovecha la noche de puertas abiertas para hacer su pequeño show individual revelándose como la mejor de todas. ¡Oh, sorpresa!
Por supuesto, lo único que ha hecho es poner cara de perra en celo y frotarse contra la barra...
Al contrario de su "archi-enemiga", la veterana bailarina Mercedes (Brandee Evans), una tigresa que sólo ver sómo se espatarra causa dolor en la entrepierna, "noche de otoño" es dulce en apariencia y su pasado mostrará cómo se va quebrando por el abandono de alguien o algo que marcó un antes y un después. ¡Lo nunca visto!
Con fogosidad y ferocidad, Mercedes da lo mejor de sí misma, pero está a punto de dejar el "pole Dance" para tener una vida más tranquila junto a su perro y un maromo de 2x2 que tiene toda la pinta de ser tan profundo como el estado de Mississippi.
Primer y segundo episodio vistos por la patilla: en este caso, por el ojete y por obligación. Y ya basta. Estamos de ver nalgas hasta las narices y, lo dicho, para según que especta-culos, depravaciones varias, pseudo-relaciones de sumisión, travestis y todo lo demás, hay otras vías especializadas y explícitas donde ir a buscar lo que a cada uno le ponga más. Y ahí ya no nos metemos, no nos importan los usos y disfrutes ociosos individuales. La oferta es amplia. Pero que no nos intenten colar "esto" como una serie.
Este "drama sureño" se hace más largo que un día sin pan cuando trata de contar la historia de sus personajes. Unas actuaciones tan baratas como el mundo que retratan, una "música" (así han querido denominar a ruido de fondo que suena), trapy guarri infame, el twerking con sus constantes meneos donde ondea la carne en abundancia y la ausencia absoluta de constantes vitales que no sean promovidas por la testosterona.
Que la disfrute quien pueda.