PARA TODA LA HUMANIDAD, EXPOSICIÓN SOLEMNE Y RECLAMO VACIO
Difusamente patifundidos nos hemos quedado ante la difuminada For All Mankind. Quizás tuviéramos otro tipo de mensaje en mente al pensar en la humanidad como contexto. En fin, que nunca llueve a gusto de todos pero a esta le van a llover tortazos (seguramente a nosotros también por folloneros) y queremos creer que no sólo desde la entereza de este medio.
La serie parte de la base soviética responsable de lanzar los primeros astronautas que alunizaron. En efecto, en esta distopia de ciencia ficción los EEUU no fueron los primeros sino los comunistas en plena Guerra fría un 26 de Junio de 1969.
Un mes más tarde, los americanos también clavan su bandera sobre la superficie lunar. De repente nuestro satélite está más concurrido que la plaza del mercado.
No sabemos ni por dónde empezar porque si por lo menos tuviera un trasfondo que pretendiera demostrar algo. Demasiado devaneo para que del desván no salga nada a pesar de lo que digan los videos promocionales. Resulta que nuestro mundo sería mucho mejor si Leonid Brézhnev lo hubiera liderado. Permitidnos dudar de ello pues la historia ha demostrado que unos y otros son los mismos perros con diferentes collares. El que ostenta el poder pretende preservar su lugar y privilegios. Comunista o capitalista la diferencia sólo está en la forma y no en el fondo. A día de hoy probablemente seríamos como los chinos del Gran Salto Adelante.
Hay que reconocer que originalidad no le falta pero algo más es necesario para crear enjundia al contexto.
En primer lugar los hechos trancurren sin apuntar a reflexión. Es una consecución de acciones que no dejan poso, en todo caso en cuanto nos concierne. No vemos que haya la apertura de nuevas vías, de nuevos conceptos. Es una serie pobre en matices que se ciñe a relatar la historia de dos bloques opuestos en su carrera hacia la luna. Empezando por nuestra puesta en entredicha del supuesto viaje lunar pues estamos convencidos que el hombre NUNCA pisó la luna en el 69 y que todo fue un montaje para mostrar al mundo la supremacía americana en desarrollo tecnológico. Les hizo falta una buena campaña de márketing que reforzara la imagen de liderazgo de los EEUU. Este maniqueísmo se dejó ver en las producciones cinematográficas de la época y no nos sería extraño que en un futuro ya muy lejano, se descubriera el pastel.
Pasando este detalle llegamos a nuestro segundo punto de objeción: las actuaciones, correctas pero sin más, no implican al público. Uno se siente ajeno a cuanto está aconteciendo. No hay interacción, todo se desarrolla modularmente atenuando las ondas cerebrales. Perdemos la concentración, no logramos abstraernos y los ruidos ambientales nos distraen. Mala señal, tan mala como la del apolo 11 a Houston.
Tercero: no hay clímax, giros de guión o resquicios de provocación, genialidad o semejantes. El tráiler es bueno pero el avance tiene que venir secundado por alguna sorpresa que invite a seguir.
No vamos por ello a degollarla y reconocemos que de las propuestas de Apple es la única que se puede salvar. No obstante, insistimos en su apocada consistencia en nuestro formidable descuelgue que finalmente acaba sumando otro punto negativo para Apple TV+ que inicia su debut en tercera división.