¡Tommy, la gente está muy loca, WTF!
No nos hubiese ido mal un "previously" en peaky blinders porque aterrizamos en esta quinta temporada bastante aturdidos. Como no somos de culebrones y los peaky se han ido convirtiendo en eso a lo largo de sus desgastadas temporadas, que Tommy tuviera progenie ha quedado olvidado por completo. Ni qué decir del rostro de su actual mujer que resultó ser su ex-secretaria...
Afrontamos esta quinta temporada con una pereza y aburrimiento significativos. De la cuarta no queda rastro en la memoria a pesar que acojimos sus dos primeras temporadas con alegría y mucho whisky. De hecho, entre la primera y segunda temporadas el consumo de whisky y tabaco seguro que se vio disparado en España. Imposible no beberse un trago a la par que Tommy o sus hermanos, en especial Arthur que menuda pieza de coleccionista estaba hecho y ahora ha quedado completamente reducido a mínimos por la beata de su esposa.
En cualquier caso nos tragamos la quinta de los blinders porque hay que hacerlo pero con el entusiamo de una foca al sol.
Recordemos que en el transcurso de cuarta:
- Terminó la guerra entre los Shelby y los Changretta. En la tercera temporada acabaron con la vida de Angel y Vicente Changretta a resultas de la muerte de la mujer de Tommy, Grace que recibió un balazo reservado a éste. El hijo de Vicente Changretta, Luca Changretta (Adrien Brody) quiere vengar la muerte de su padre matando a todos los miembros de la familia Shelby. A través de artimañas tan sólo logra acabar con la muerte de uno de los Shelby, John. Los ahelby terminará por desmoronar el imperio de los Changretta a través de engaños como lo fue la muerte fingida de Arthur en un combate de boxeo para que Luca confiara en el avance de terreno respecto a los Shelby.
- Tommy se lanza en el mundo de la política a finales de la cuarta temporada. Será necesario tenerlo en cuenta porque en el primer episodio de la quinta aparece Tommy en "the houses of parlament" como miembro del partido laborista. Recordemos que la misma casa real le otorgó su escaño en la cuarta
- Asistimos a la muerte del judio Alfie Solomons que aliado de Changretta contra los Shelby termina por morir a manos de Tommy pero supimos más tarde que ya estaba enfermo de cáncer.
En esta quinta temporada los chicos de Birmingham vuelven al ruedo con nuevas y disparatadas aventuras.
Como telón de fondo el crack de Wall Street y las pérdidas millonarias de los Peaky en acciones. El responsable de dichas pérdidas es Michael, el hijo de Polly, que haciendo oídos sordos a las órdenes de Tommy, aguantó las acciones en bolsa en vez de venderlas cuando se le comunicó. De regreso a Birmingham, unos sucesos lo demoran añadiendo un quebradero de cabeza más para Tommy el cual aguanta la presión que ejerce su mujer y la de su hermano sobre él.
En paralelo, los Billy Boys van a por los Shelby sin miramientos ni piedad y a Tommy le acechan sombras de paranoia persecutoria, lo cual no es de extrañar.
Parece que "Peaky Blinders" y su fórmula de abrir varios frentes al mismo tiempo y anhegar a su personaje principal (y al espectador) llevándolo al borde de la desesperación funciona muy bien entre su público. A nosotros nos cansa la repetición del mismo patrón desde hace 5 temporadas porque al final es más de lo mismo.
Tommy tiene que lidiar con la ineptitud de los que le rodean, un traidor, unas fuerzas externas que amenazan su vida y la de su clan. Una iposición de poder por medio de triquiñuelas que aparentan ser pero no son. Un desenlace que hace estallar la tensión acumulada durante el avance de la trama, fuegos tan artificiales como el cúmulo de presión retenida.
Los elementos de los que siempre echan mano son:
- El engaño que nos puede llegar a sorprender una, dos y quizás hasta tres veces. Mostrarnos la realidad como un espejismo para borrar del mapa los rastros del oasis en el desierto.
- El parecido entre los villanos: los Changretta, los Billy Boys. Las motivaciones son distintas, el objetivo es el mismo. Matar a todos los Peaky Blinders.
- La evolución de los personajes parece estancada en los gustos del espectador por lo tanto tenemos uno personajes anclados en la primera temporada o con un recorrido evolutivo muy corto. Tommy sigue siendo Tommy en cualquier temporada. Sus circunstancias cambian pero no el personaje. Es por ello que nos da la sensación de estar presenciando exactamente la misma serie temporada tras temporada. Podría parecer qeu Arthur sí que involuciona pero en realidad sigue siendo esclavo de una fuerza mayor que pasa de manos de unos a manos de los otros. Con el cargo que ostenta podría haber florecido.
Desde la tercera temporada seguimos la series pero más por deformación que entusiasmo.
No hay mucho más que añadir, tiene su público, una ambientación detallista y bien cuidada pero el acomodamiento en la repetición de patrones narrativos ya no nos seduce. Peaky Blinders se enfrentan a los mismo perros con diferentes collares. La copia de la copia de la copia y así sucesivamentes hasta el infinito y más allá por los siglos de los siglos, amén.
Ni aprendemos, ni nos excita la neurona ni nos hace cuestionarnos nada. La vemos porque hay que hacerlo pero sentimos que estamos manteniendo una relación amorosa con alguien que no nos aporta y que está en nuestras vidas por todas esas excusas de las que uno se convence: es que me da pena, es que hace mucho tiempo, es que las familias ya se conocen, es que más vale malo conocido... Nos aburguesamos en nuestra poltrona pensando que siendo una serie TAN importante, ¿Cómo no vamos a sacar crítica? Cuando en realidad nos da un palazo de morirse.
Pues eso, que los de Birmingham ya tienen su público al que complace con una repetición de diferentes nombres y situaciones que sigue una construcción que funciona. Además sí, está cuidada, buena producción, buen guión dentro de sus posibilidades pero en CEC no somos target y no nos interesa.
Que la disfruten aquellos que puedan.