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Crítica de la serie roadkill - cec series
'Roadkill' es un thiller de cuatro episodios de unos 60 minutos de duración que se convierten en una pretendida tortuosa tortura. Pero por mucho "sello de calidad británico" que nos quieran vender, la complejidad de "Roadkill" queda muy por debajo de otras producciones similares.
La inexistencia del dilema moral de los protagonistas demostrando la vileza y crueldad de las clases dominantes ha sido ampliamente explotado en sobresalientes series como "Damages" o las primeras temporadas de "House of Cards". "Roadkill" se pone a la cola del género y no abandona su etiquetaje de "mero entretenimiento" que repasa la falta de escrúpulos de nuestros dirigentes.
En cuanto a Hugh Laurie ('House') se refiere, seguiremos pensando que es un actor correcto al que se le ha dado un inmerecido bombo y platillo. Está bien, sin más. El fenómeno de masas en el que han transformado al actor gracias a su polémico personaje de Dr. House es incomprensible.
El creador de la serie es el renombrado David Hare, el también responsable de "Las Horas", película alabadísima por todos e insufriblemente vacía donde las haya.
Como resultado nace "Roadkill" una serie más sobre el desalmado juego político en el que lo único que importa es preservar la poltrona manteniendo la imagen de dignidad frente a los votantes. Una colección de trapos sucios que deben mantenerse en la oscuridad y un nido de víboras dispuestas a vender hasta su madre para usurpar el trono a cualquier precio.
En general, la hemos encontrado lenta y aburrida hasta llegar a lamentar sus excesivos 60 minutos en más de una ocasión. El primer capítulo es confuso hasta los últimos 3 minutos, momento en que el entramado se pone en su sitio y uno ya vislumbra las alianzas y enemistades que van a resultar a lo largo de las siguientes 3 entregas. Previsible.
Sin embargo, llegar al final del primer episodio ha constituido todo un desafío ante el que hemos estado a punto de claudicar al menos en 3 momentos diferentes.
Una serie para incondicionales del actor, sin duda, y para todos aquellos que siguen disfrutando de los thrillers políticos con sus habituales flujos de poder moviéndose siempre en la misma dirección, aunque en esta ocasión no llegue al nivel de los ya citados.
