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Victoire Delorme (Julie Gayet) vuelve a su pueblo natal al sudeste de Francia junto a su marido, Samuel (Thomas Jouannet), y sus dos hijos.
Acaban de abandonar el frenetismo parisino para comenzar una nueva vida mucho más pausada y recomendable tras la convalecencia de Victoire. Ésta retomará su labor de institutriz en el centro de enseñanza del pueblo. Al finalizar la primera jornada, ve cómo una de sus alumnas, Lea (Lucie Fruttero), se acerca a un hombre que le es familiar, quizás demasiado.
Se trata de Florent Malleval (Bruno Debrandt), el primer amor de Victoire del cual después de su forzada separación nunca más volvió a saber nada de él. Florent es chef en un restaurante de la misma localidad.
Aunque ambos están felizmente casados desde hace años, su mutua atracción resulta tan irresistible como años atrás y no podrán evitar sucumbir a una pasión que parece no haberse extinguido. Cuando deciden abandonar a sus actuales parejas, la mujer de Florent, Marion (Marie Dompnier), desaparece de forma repentina dejando tras de sí indicios que apuntan en una dirección determinada.
¿Qué secretos esconde cada uno de los personajes? ¿Cómo afectará el idilio entre Victoire y Florent a sus respectivas familias? ¿Dónde y por qué se fue Marion?
crítica de la serie SOSPECHA - CEC SERIES
‘Sospecha’ es la historia de dos amantes que después de mucho tiempo se reencuentran. Los malentendidos, las mentiras, las traiciones están a la vuelta de cada esquina. La historia de amor prohibido enmascara un ¿Quién lo hizo? y da pie a una investigación policial con la que se irán conduciendo las sospechas y desvelando los secretos y motivaciones de cada personaje.
El guion se asegura de cubrir todos los ángulos y se eterniza en escenas que no aportan demasiada información, lo cual hace que se vuelva tediosamente interminable. Los elementos se van incorporando e imbricando de tal forma que a esta serie francesa se le vea el plumero a medida que avanza la trama. A pesar de cumplir con su función de entretener, sus giros son demasiado previsibles y el espectador puede llegar a sentir que el tiempo se detiene.
Las actuaciones son cargantes en general y no sabemos si es debido al "french style" o a la dirección. Los actores enfatizanel texto en demasía de tal manera que el resultado global quede falseado.
A excepción de Thomas Jouannet, el marido de Victoire, el elenco se mueve entre la cacofonía y la ilustración de la finura desafinada. El guion se percibe como teatral con el uso de unas réplicas nada espontáneas. El óscar a las peores interpretaciones se lo llevan, sin lugar a dudas, el padre y la madre de Marion, la mujer de Florent. Sus roles son insoportables pero la exageración a la que someten a sus personajes agrava la ridiculez de este acento excesivo.
El pistoletazo que marca el inicio del idilio entre Victoire y Florent se da demasiado pronto y resulta inverosímil. Sin mencionar el elemento que lo precipita como lo es el accidente de escalada de Victoire que la obliga a descubrirse el hombro dejando al desnudo una huesuda parte de su cuerpo ante la cual Florent pierde los papeles. El instinto depredador sale a la superficie y, sin pensarlo dos veces, ambos se abandonan al deseo puramente carnal. A partir de ahí, se retoma una relación que no tiene sentido alguno. Puesto que ninguno de los dos se hace de rogar, el tórrido romance pasa por la pantalla sin despertar nada en el público.
La desaparición de Marion servirá para poner de manifiesto una pequeña sorpresa de cara al espectador. ¿Qué tiene que ver Samuel en esta historia? Bien, pues mucho. Y ciertamente sí, sonreímos porque el pobre y cornudo Samuel se merece un poco más de protagonismo.
Situaciones fáciles y sin demasiada excavación cerebral, "Sospecha" es un producto del que no sospechábamos. Es lo que parece.
