Una original manera de combinar los elementos para obtener un resultado que no solo seduce el ojo del espectador: también su MENTE.
'The Capture' nos llega con efluvios de 'Person of interest' en el que las cámaras co-protagonizaban, junto a Jim Caviezel y Michael Emerson. Aquella resultó, en realidad, una serie episódica profundamente absurda, de una llanura solitaria totalmente desposeída de personalidad y gancho.
La nueva serie de StarzPlay España 'The Capture' (de estreno el próximo jueves 2 de enero de 2020) redirige nuestra mirada hacia esas cámara de vigilancia dispuestas en Londres "por nuestra propia seguridad". Lo hace con un mejor guión y una buena intriga que parece apuntar hacia una dimensión desconocida de un cuarto milenio. Nada más lejos de la realidad.
Shaun Emery (Callum Turner) es un exsoldado encarcelado por haber presuntamente matado a sangre fría a un cautivo musulmán en Afganistán. Su abogado, Hannah Roberts (Laura Haddock), consigue demostrar la absurdidad de los cargos contra Emery. No obstante, tras haber protagonizado una escena romántica en plena calle, Hannah se despide de su excliente y desaparece. Las cámaras de seguridad muestran cómo el soldado se propasa con la mujer y, sin embargo, Shaun no recuerda nada más que a Hannah subiendo al autobús. ¿Esquizofrenia? ¿Dimensiones paralelas? ¿Cómo puede ser que aparezca una grabación de la que ninguno de nosotros ha sido testigo? La inspectora Rachel Carey (Holliday Grainger) deberá desentrañar las múltiples incógnitas que despierta la investigación...
CRÍTICA de the capture (bbc, starzplay españa) de CEC SERIES
La serie nos presenta unos sucesos que logran mantenernos en vilo, asidos a la trama y sin descarrilamiento alguno, pues la información se va destapando paulatinamente. Los tempos están conveniente y sabiamente utilizados para seducir el ojo del espectador. Como en el arte de desnudarse, las prendas van cayendo al son de la música hasta que el cuero reluce sin insinuaciones vulgares u obviedades groseras.
Como un flechazo directo escupido por Cupido, esculpido en la piedra filosofal, transforma los elementos ordinarios aportando el extra como prefijo. Nos abandonamos confortablemente a la magia y confabulaciones que nos propone la BBC. Decididamente, los ingleses deben dedicarse a los thrillers y dejarse de fantasías o comedias.
No estamos alabando reactivamente a The Capture. Teniendo en cuenta que, como norma general, las producciones inglesas nos despiertan una limitada pasión, incurriríamos en un error muy común entre los de nuestra especie: engrosar unas cualidades ante la falta de expectativas. Si algo nos sorprende, tendemos a magnificar ridículamente aquello que nos ha asombrado y perdemos de vista la posición desde la cual se emiten los juicios. No es este el caso.
The Capture posee un buen guión, como ya hemos dicho al principio. Un montaje y un uso de los tempos que van trenzando las secuencias como si de hebras se tratara a medida que avanza la serie. Los diálogos no son absurdos o vacíos sino que se ciñen a los acontecimientos. En ningún momento hacen uso de dudosas artimañas sacadas de la chistera como la teoría inesperada que venga a ofrecer una explicación a algún cabo suelto, especialmente hacia el final de los capítulos.
A lo largo de los capítulos, la serie se mantiene en una línea puramente explicativa sin indagar demasiado en las profundidades de sus personajes, por lo que carece de la hondura que este portal persigue. Aun así, no le resta mérito al global que es el de interesarnos por cuestiones que, a priori, no nos ofrecen el aliciente suficiente para despertarnos atracción alguna.
Una buena serie para que los adoradores de los thrillers se deleiten. A los detractores del género, tan sólo animarlos a que prueben las mieles capturadas en The Capture. Nadie puede salir insatisfecho, ni siquiera nosotros.