UN ANTICONCEPTIVO NATURAL: vestida de seda, la serie aguijonea sutilmente las bases podridas de la civilización
Encadenado CEC LIBROS: "MUJERES Y LOCURA" de PHYLLIS CHESLER, nuestro libro recomendado de la semana.
'The Cry' es la miniserie de la BBC cuyo estreno en Telecinco se produjo este lunes 2 de septiembre de 2019, tal y como ya informó CEC SERIES puntualmente.
Es la historia de Joanna (una excelente Jenna Coleman, Dr. Who) y Alistair (Ewan Leslie, Top of the lake) un matrimonio cuyo hijo Noah no deja de llorar (de ahí el título de 'The Cry'), desesperando a madre y espectador a partes iguales.
De viaje a Australia, tierra natal de Alistair, el niño desaparece. Un despliegue de medios circenses empieza... ¿Es un secuestro? ¿La madre lo hizo desaparecer? Psiquiatras, policias, jueces y el séquito que los acompaña (medios de comunicación y demás "poderes" del sistema), serán los encargados de fabricar la carnaza para alimentar a la masa... o así lo intuimos.
3 LÍNEAS TEMPORALES
La serie tiene 3 líneas temporales:
- Momento, situación y circunstancias bajo las que Joanna y Alistair se conocen. Ella profesora, él alto cargo. Ella soltera y él también, o eso dice...
- La llegada del hijo, Noah, y todo lo que un bebé comporta. Sin comentarios.
- Joanna siendo llevada a Juicio, evaluaciones psiquiátricas y testimonios que dejan presagiar una pérdida de discernimiento por parte de la madre.
'The cry' ('El llanto') es el título que lleva la serie, y le queda que ni bordado. A los 15 minutos estamos del niño hasta el gorro, y podemos entender a la perfección a la desesperada Joanna. Será que ninguno de nosotros ha optado por tener descendencia y no sentimos la llama(ra)da del "instinto maternal". Por más que todo el mundo dé por hecho el vínculo biológico entre una madre y un hijo, nunca nos ha quedado claro si es una realidad o fruto de la sublimación, por la opinión pública interesada, de la figura materna. Por más que nos martilleen con un mensaje apelando a la sabiduría de la Naturaleza, no vamos a aceptarlo sin antes haberlo pasado por el filtro de la razón (pues si estamos en disposición de un cerebro es para darle uso).
Ya tenemos experiencia en los seguros geniales, perfectos y a todo riesgo que al final solo han servido para alimentar el bienestar de otros. Por lo tanto, seguimos poniéndolo en duda hasta que no lo veamos claro. No desconfiamos de que el amor profesado a un hijo no sea incondicional, pero la idealización de la maternidad por cómo nos la han embutido, enciende nuestras alarmas sensoriales de reticencia.
La serie desmitifica este poetizado mundo de espiritualidad y se rebela contra el rol de sumisión que parece tener la mujer. No sabemos si la indomabilidad le fue trasmitida por el apellido, o si sencillamente la autora del bestseller en el que se basa esta ficción (Helen Fitzgerald) forma parte de una nueva ola de feminismo delator cuyos argumentos van a buscar el origen de los fundamentos del machismo y el patriarcado.
La denuncia se hace patente durante los 55 minutos por los que se expande el capítulo piloto, y nos encadena perfectamente con la reciente lectura de 'Mujeres y Locura', nuestro libro recomendado de la semana: encontramos extremadamente pertinente subrayar este fortuito encadenado de contenido en nuestra página web.
Pero hay más puntos que queremos señalar:
- En primer lugar, los empleos que ambos tienen ya les clasifican: mujer maestra de escuela, hombre alto cargo en política. Se trata, pues, de unos personajes "bien encarrilados y posicionados" en los roles que se pretenden denunciar.
- En segundo lugar: una relación que nace entre ellos, fruto de una MENTIRA. Ella, apelando a la compasión que él le despierta, acaba aceptándolo no sólo como su marido sino como padre de su hijo. Si una mentira origina una relación, estaremos dejando reposar los cimientos sobre una BASE FALSA y, por lo tanto, todo lo que sobre ella se edifique será una ficción. Lamentablemente, esa es la única realidad a la que debemos rendir tributo.
- Tercero: si un hombre no es capaz de cuidar de su hijo recién nacido bajo el pretexto de "tener mucho trabajo"... ¿cómo va a cuidar además de una hija en plena adolescencia con todo los cuidados que esa etapa requiere? Deducimos que Alistair está actuando egoistamente para arrebatarle la niña a su ex-mujer. Pero no es más que una lucha por el amor propio, y no por el bien de la chiquilla. Todo pretexto se disfraza de excusa ante la necesidad de custodiar a su hija. La verdadera razón queda delatada a los ojos del espectador: egoísmo en la consecución del triunfo de las propias ideas. El macho sigue amparándose bajo la justificación biológica (ellas son las que tienen pechos) y el pretexto social (ellas son las que están de baja porque tienen pechos) para retirarse cuando el panorama se complica.
- Ante un disparatado acto de supervivencia, pongamos por caso el infanticidio, que dadas las circunstancias, desde el otro lado de la pantalla, se puede llegar a entender racional y enteramente, las autoridades ya le atribuyen el famoso y recurrente calificativo de "LOCA", que a tantas mujeres ha conseguido encasillar, reducir y aprisionar. Recordamos una frase del libro 'Mujeres y Locura': "Los psicoterapeutas a menudo son la "policía sumisa" de la "cultura dominante".
El sólo hecho de desempolvar este tipo de elementos es lo que nos puede cautivar lo suficiente como para atribuirle un interés elevado a la serie. No será la ganadora de certámenes internacionales, pero su humildad destaca entre la multiplicidad de opciones que tenemos a nuestro alcance. Es discreta y sencilla, sin ser simple. Entretiene al que desconecta pero conecta al que busca. Sin grandes rasgos de radicalidad, que son los que más nos gustan, aguijonea suavemente las bases podridas de la civilización. Hay que querer encontrar la mordedura vestida de seda. Pero quien hurgue, hallará...