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"The Eddy" narra la historia de un brillante pianista neoyorquino, Elliot Udo (André Holland, "Castle Rock", "American Horror Story") que se instala en París y regenta el club de Jazz que da nombre a la serie. Lleva 4 años sin subir a un escenario y la muerte de su hijo ha dejado un profundo penar. Ejerce igualmente de manager intentando arañar un contrato discográfico para la banda que toca en el club cada noche. Liderada por Maja (Joanna Kulig), la cantante, con la que Elliot mantuvo un romance en una tórrida historia de sí pero no, el grupo musical no está a la altura de firmar ningún contrato pues demasiados elementos personales interrumpen la progresión de la banda. El Paris de la periferia, hogar de las mafias y marginados se halla a una distancia abismal del que tenemos en el ideario.
El mejor amigo y socio de Elliot, Farid (Tahar Rahim), se ve involucrado en un crimen que no especificaremos pues arruinaríamos la poca intriga que tiene. El desembarco de su hija, la conflictiva adolescente Julie (Amandla Stenberg) y el percal de Farid ponen a Elliot y a "The Eddy" en una pésima situación económica.
Un tedioso y aburridísimo capítulo piloto que consacra 60 de sus 69 minutos a primeros planos de saxofonistas, pianistas, trompetistas y demás pasándolo teta sobre un escenario. ¡Buenísimo! ¿Qué más?
El segundo capítulo se centra en Julie y nos descubre las razones por las que viaja a Paris aunque las causas no quedan del todo claras. Con tremendos agujeros de guión o por razones de edición y montaje lo que concierne a este personaje, el más prometedor, acaba en reacciones estúpidas.
Los posteriores episodios caen en picado. La niñata y la cantante se vuelven insoportables y la mujer de Farid se salva por los pelos y por el talento de la actriz que interpreta a Amira, Leïla Bekhti.
El matrimonio Amira-Farid es lo mejor que tiene "The Eddy" y ambos actores Leïla Bekhti y Tahar Rahim son excepionales.
A su director, el oscarizado Damien Chazelle, ya lo conocemos por "(B)La (B)La Land" y el nombre de su guionista os sonará si sois seriéfilos de religión: Jack Thorne responsable de "Skins", "Shameless", "La Materia Oscura" y "The Vertues", entre otras.
Mucho ruido y revolución ha creado el estreno de esta serie, quizás demasiado, y al final... POCAS NUECES como ya se podía preveer. "The Eddy" es el ejemplo que ilustra a la perfección un producto rodado como a nosotros nos gusta pero cuyo contenido es NULO. Por la calidad del metraje, sus primerísimos primeros planos que se cuelan en las entrañas de los personajes y un buen trabajo de sus actores, podemos darle un 3/10. Un punto positivo por cada uno de los atributos mencionados. Un ceraco para el resto.
Los capítulos, titulados con el nombre del personaje en el que se centra (como "skins"), están atiborrados de música Jazz dando la sensación de que la serie ha sido un pretexto para comercializar un disco. ¿Qué nos están vendiendo una historia o un grupo de Jazz?
El patetismo del magro relato nos indica que es una serie creada para melómanos/ melomaniacos y culturetillas que defenderán el bodrio sólo porque lo firma Damien Chazelle.
"The Eddy" es un conjunto vacío: ni historia, ni mensaje, ni diálogo y un excesivo minutaje de coñazo soporífero jazzero. O te gusta MUCHO la música Jazz o esto no hay quien lo aguante. Tras 4 capítulos embutidos con la fuerza bruta de la caballerosa voluntad, nos damos por tocados y hundidos ante la nada del producto.
Un terrible y bochornoso desastre a nivel narrativo. Si hubiésemos querido escuchar música, hubiésemos puesto un disco.
