Un desaprovechado elenco que compite al Emmy a la mayor salvajada
Mmmm... ¿Julianna, te dieron el Emmy por The good wife? Creemos recordar que sí, y que esa sería otra prueba irrefutable de que esos premios están amañados, como casi todos.
Ultimamente parecemos Gruñón, el enanito enfadado de Blancanieves, siempre arremetiendo contra todo y dejando los estrenos por los suelos. Pero solemos ser críticos con lo que intentan colarnos, tanto en la vida real como en la ficción. Tenemos unos gustos particulares y bien definidos, y demostramos en todo momento un respeto por la cultura siendo la ficción nuestra principal vía de aprendizaje y reflexión sobre la compleja realidad que nos envuelve a diario.
Nada como la ficción para entender el mundo que nos rodea, pues en ella se debe condensar y caricaturizar el mundo para demostrarle al espectador lo esencial: aquellos rasgos determinantes de la realidad. Y, precisamente por eso, las líneas que nos interesan son siempre aquellas que sirven para expandir la mente y crecer en la comprensión de la autenticidad, hacernos más empáticos con el prójimo sabiendo tomar la distancia necesaria para que no nos afecten sus palabras o sus acciones.
De la ficción aprendemos constantemente, y de escribir críticas nos beneficiamos tanto o más que de su visionado, pues nos obligamos a realizar un ejercicio de criba y selección. El no conformarse con la simplicidad del "está bien" o el hecho de no seguir la corriente general que obliga a afirmar que todas las series son buenas para obtener más clicks, es esencial para nuestro desarrollo mental. Analizar las razones por las que emitimos un determinado juicio de valor nos parece fundamental para la toma de decisiones así que, sin más preámbulos, nos ponemos manos a la obra con "The hot zone". La introducción puede haber sido incluso más larga que la misma crítica.
THE HOT ZONE
En 1989, en un laboratorio científico en las afueras de Washington DC, el mortal virus del Ébola hizo su primera aparición conocida en suelo estadounidense. El hallazgo y posterior contención de este filovirus letal, que alcanza una tasa de mortalidad de hasta el 90%, fue gracias a un grupo de valientes científicos y soldados liderados por la Teniente Coronel Nancy Jaax.
La serie está inspirada en los eventos reales que se describen en el best-seller internacional y homónimo de Richard Preston, comparte la desgarradora historia de una crisis global que no llegó a ser. No hemos leído el libro y tampoco sabemos hasta qué punto son reales las estupideces humanas que desfilan en la pantalla, pero de serlo, los culpables de tales atrocidades deberían estar pudriéndose en la cárcel a día de hoy.
Compiten por el Emmy a la mayor salvajada:
- Dos científicos que, habiendo estado en contacto con el virus letal y sabiendo de su gravedad y la rapidez con la que se puede propagar, deciden no comunicarlo a las autoridades en cuestión y deciden irse de rositas como quien ha estado en contacto con el h1nx. Manolito gafotas sería más sensato que el pollo hermano.
- En segundo lugar, la científica que juega al contrabando de monos contaminados de ébola en sacos de basura mondos y lirondos exponiéndolos al mundo sin mayor protección. Lo que resulta ridículo después de haber montado todo un cirio por un pequeño rasguño en el traje espacial de la zona 4 donde probablemente podrías chupar el suelo y no te pasaría nada.
- En tercer lugar la científica y el científico misterioso que no contesta al teléfono incluso ante la posibilidad de estar ante un peligro de tal envergadura deciden ir a la monera a matar a un mono enfermo, pero para no alarmar a los trabajadores acceden a ponerse un traje blanco aún estando seguros de que el mono les intentará transmitir sus fluidos corporales. ¿Perdón?
And the Emmy goes to... votad, hermanos, votad.
Influye mucho que movistar nos haya obligado a verla en español. Los doblajes son patéticos e insoportables con lo que unos acontecimientos estúpidos como los anteriores se magnifican ante la lamentable interpretación de estudio que suena a fake total.
Por no hablar del hecho que la serie se ha quedado colgada en mitad del capítulo 2. Agradecidos por el infortunio de los elementos externos, hemos considerado oportuno no proseguir su visionado por habernos sorprendido a nosotros mismos vegetando sobre el sofá, casi sufriendo un ataque de apoplegía supurando licuado cerebral por la nariz, con el televisor diciendo "¡eh! bola, mueve el culo y ponte a escribir"
Y aquí estamos, saliendo de la febril ensoñación interrumpida por tener que apartar la mirada del repugnante saquito para vómitos trufado de deshechos sanguinolentos del enfermo, o del mega coágulo de sangre que la empresa de mensajería deposita ante la puerta.
Es un entretenimiento poco entretenido y, en lo que nos concierne, aderezado con demasiada "humanidad".
