NOS VEMOS NEGROS EN EL TRABAJO DE CHINOS QUE REPRESENTA MEMORIZAR TANTA CARA Y NOMBRE "YO-MAN"
Top Boy es una serie británica mestiza que de rap(a) mucho incurriendo en la monotonía rítmica del mismo género musical. El tráfico de drogas en Londres representa la temática en torno a la cual se articula la obra. Parece explorar los suburbios de la ciudad poniendo el foco de atención en los inmigrantes con el relato de los problemas que estas familias tienen que afrontar en su cotidiano. Nos hemos visto negros para memorizar caras y nombres. No es un mal producto, quiere ser diferente. Ni diferente ni especial por eso, a pesar de haber teñido de oscuro a sus protagonistas, nos ha dejado inertes. A duras penas le hemos dedicado 3 capítulos para asegurar la validez de este escrito.
No se trata de una creación indignante sino un "más de lo mismo", y la analogía con su banda sonora es acertada para expresar que se le va la fuerza por la boca. Si no estuviera a nuestro alcance tal multiplicidad de opciones, sería muy probablemente una buena manera de pasar el rato antes de irse a la cama. Por desgracia, no estamos aquí para ver los segundos desvanecerse ni tampoco aletargarnos ante otro "érase una vez".
Así pues, damos lumbre a esta crítica destinando 'Top Boy' a presentar su candidatura para pasar a formar parte de las series del verano en Netflix, cuando el talento decide tomarse una vacaciones y la espera no desespera en el apremio por comenzar una nueva temporada.
La forma de introducir la historia puede resultar atractiva para el seriéfilo de poco recorrido, pero para nada novedosa para el que lleva un largo recorrido seriéfilo. Sin ir más lejos, algunos ya habrán visto algo mucho mejor en 'The Wire'. Estamos frente a una tendencia que en pocos años ha ido adquiriendo envergadura en el sector. Con la claridad del agua de la fuente que inspira a los creadores europeos, 'El puente' marcó un giro significativo llevando a cada uno de los rincones del tablero la casilla de salida. Como quien deshilacha un trapo, las hebras iniciales se distancian lo suficiente para que no podamos intuir siquiera el momento de convergencia. Ya adelantamos que no es el caso que nos ocupa.
Pocos son los que pueden vanagloriarse de elevar la creación al estatus de arte. Recordemos que el ni el hábito hace al monje, ni la creación al artista. Los pioneros son artistas por el desafío que supone la imaginación de la novedad en cambio; los seguidores, de no contribuir con un grano especial a la cosecha, se aferrarán a la fuente de nutrientes parasitándola hasta dejarla seca. 'Top Boy' es una serie vividora.
4 esquinas, 4 historias:
- Dushane está de vuelta de todo y de paso por su ciudad natal Kingston(ed). Nunca nos habíamos detenido a fragmentar la capital Jamaicana: El Rey emporrado. Teniendo en cuenta que Bob proviene de allí no podemos evitar sentir cierta satisfacción personal por la finura de la ocurrencia. Dejando de lado las bromas fáciles, este personaje se ve inmiscuido en una historia que tenía que empezar con el robo inocente de una oficina de correos y acabó en asesinato. 2 muertos: un desventurado joven que pretendía salvaguardar su pobreza y la mano derecha del traficante encarcelado más importante y temido de Jamaica "Sugar". Dushane tendrá que compensar la pérdida del perrito fladero de Sugar ofreciendo su alma al demonio. Ahí lo dejamos.
- De regreso a Londres, encontramos a Jamie, el mayor de 3 hermanos huérfanos de los que tiene que cuidar. Su única fuente de ingresos proviene del trapicheo.
- En las calle de la capital inglesa, los turcos y la banda del patio se nutren los unos de los otros. Los primeros son los proveedores de mercancia ilegal y los segundos representan la red de distribución. Ya le vemos las plumas al pollo cuando inesperadamente los turcos desaparecen en un misterioso incendio.
- En la cárcel se halla Sully, un reo que parece que ni pincha ni corta. A punto de ser liberado, nos susurran los guionistas con la sutileza brillando por su ausencia, que preso y banda del patio tienen ciertas conexiones...
La dirección de la serie está clara cuando hacemos el sumatorio de los puntos anteriores. Ni secretos ni intrigas quedan ya por desvelar a partir del primer episodio. Tediosa y previsible, le sobran 9 capítulos.
Poco más que decir sobre esta serie que pasará a formar parte de los anales de la historia de las series olvidadas, como tantas otras. El tiempo deja a cada uno en su sitio, y esta es de 2011: no ha pasado a la Historia. Nada más que añadir.