Recuperamos nuestra RECOMENDACIÓN de la serie.
Parece que Netflix nos trae una de cal(idad) y otra de arena. Igual que tuvimos la obligación de ponerle las pilas a la plataforma de pago con la crítica de "The I-Land" declarando públicamente que su producto era indignante, hoy podemos aplaudir el ojo avispado que han tenido en la elección de la nueva serie "Creedme".
El primer capítulo nos hizo dudar sobre su valor real, pero al comienzo del segundo la desconfianza cayó totalmente en el olvido.
La historia empieza con la presentación de Marie, una adolescente huérfana de 16 años que debido a su caracter conflictivo ha pasado por varias familias adoptivas. Ya de regreso al centro donde jóvenes sin modelo familiar son enseñados a independizarse y valerse por sí mismos, Marie es asaltada en su apartamento, atada y violada.
Tras denunciarlo a la policía y haberse visto expuesta a un duro exámen clínico, Marie intenta retomar su vida con la mayor normalidad de la que es capaz pero a su alrededor un séquito de personajes se lo impiden forzándola a revivir una vez tras otra la traumática experiencia a la que se vio expuesta.
Las autoridades, lejos de aligerar el peso del sufrimiento, le exigen constantemente la aclaración del asalto con todos los detalles. La versión de Marie varía a medida que van pasando los días y, unido a las advertencias de sus madres adoptivas, la policía centra el foco de atención en dilucidar si Marie ha sido víctima real de violación o senciallemente es un reclamo de protagonismo por su parte debido a la falta de cariño, atención y comprensión que la han perseguido durante su vida...
Lo que cautivó nuestro interés de forma significativa fue la denuncia que el episodio piloto parecía estar llevando a cabo contra las autoridades que, supuestamente, deberían proteger al ciudadano en vez de poner en tela de juicio revelaciones tan importantes. Lo que le pasa a Marie es una consecuencia más del patriarcado. El hecho de bailar o vestir de forma inapropiada lleva a justificar acciones que bajo ningún concepto deberían ser disculpadas. Sin importar lo que uno/a lleve puesto o cómo se mueva o cómo se comporte: Nadie tiene derecho a abusar o forzar a nadie sin su consentimiento explícito. Una obviedad tan aplastante como inecesaria es, no obstante, pasada por alto.
¿Pagan justos por pecadores? ¿Ha habido abuso del amparo de la ley? Todo ello comprensible pero no excusable y ante la presión policial y casi diríamos que coacción Marie declara haber mentido. Una víctima de violación es de repente repudiada por su entorno, marginada y por si a la humillación propia del hecho no fuera suficiente, le sumamos la vejación de un entorno cuya hostilidad se acrecenta rápidamente arrojando sobre la víctima toda la crueldad y el rencor de la traición.
Un violador anda suelto y la culpa de haber sido asaltada recae sobre la víctima... y aunque ya sabemos cómo sigue todo os dejaremos descubrirlo de la mano de "creedme".
Unbelievable... pero cierto.
Parece más traumático el proceso de denuncia de una violación que el hecho en sí. Hay todo un despliegue de medios que incrementan la sensación de ser el hombre elefante de Lynch donde todo el mundo saca tajada de la desgracia ajena. Es un freak show donde el uso y abuso protagonizan la trama de la serie, que no dudamos en recomendar.