¡Segunda temporada YA DISPONIBLE en Netflix!
Esta es la tercera serie polaca que junto a "En la ciénaga" "Bosque adentro" viene a arrojar más luz sobre el saber hacer polaco. En Znaki encontramos el significado literal de lo que es "llorar a moco tendido".
"Znaki" es una serie de crímenes ambientada en el pintoresco paisaje de las montañas Sowie. Una estudiante, Laura Blawatska (Paulina Kowalska) muere en la ciudad de Sowie Doły de dos tiros. El policía encargado del caso, el comisario Jan Dzikowski (Zbigniew Stryj) no logra resolverlo.
10 años después, otro crimen de semejantes características ocurre en la misma ciudad. Al estar el comisario Dzikowski jubilado, la investigación será dirigida por un nuevo habitante de Sowie: el Comisionado Michal Trela (Andrzej Konopka).
Trela, divorciado y ex alcohólico, acaba de mudarse de Cracovia con su hija Nina (Magdalena Żak). Ambos residen en una granja de agroturismo regentada por Ada Nieradka (Helena Sujecka) y su marido Błażej Nieradka (Michał Czernecki).
La muerte de Patrycja Piotrowska (Alicja Pietruszka) irá destapando muchos secretos y pondrá en evidencia a todo el pueblo. Desde el alcalde hasta el mismo marido de Ada llevan el cartel de "culpable" colgado del cuello.
Crítica de la serie znaki (símbolos) - cec series
"Znaki" es una serie lenta y tediosa en la que pasa muy poco y su trama no acaba de deslizarse hacia delante. La serie se desparrama y evoluciona expandiéndose. Cada uno de los personajes constituye una subtrama que se suma a la principal. La sensación final es la de estar observando una colcha de Patchwork, imagen que nos viene a la mente después de haber visto "Flesh and Blood".
El mayor problema de Znaki no es tanto la cantidad de subtramas sino el nulo interés que despiertan. Una vez más, la polaca no logra estimular la curiosidad. Nos pasó algo similar con "En la ciénaga" ("Rojst") y con "Bosque adentro", adaptación de Harlan Coben, ambas disponibles en Netflix.
Una flor no hace primavera, una golondrina no hace verano y 3 polacas aburridas no bastan para confeccionar una norma general. No obstante, sí que reconocemos un mismo ritmo en la melodía de fondo. La inexpresividad y desapego con la que tratan cualquiera de las historias hace que no nos llegue ninguna. Las actuaciones no nos mueven y nos dejan tan fríos como el paisaje.
El agua adulterada con metanfetamina y vendiéndose como "Agua bendita" es quizás lo que más gracia nos ha hecho, todo lo demás desfila sin pena, gloria o rastro. No se hace tan pesada como "Bosque adentro" pero es igual de inocua. Da la impresión de estar asistiendo a un espectáculo al que no hemos sido invitados. La hospitalidad de "Znaki" es tan pobre como la de los habitantes de Sowie y por tanto, la ambientación es sobresaliente.
Las actuaciones se perciben como distantes e insulsas, especialmente la de Agata, la hija del alcalde, que no solo no convence sino que se ve ridícula. El efecto del decorado es el mismo que el de "Rex, un policía diferente", desgraciado, vacío y gélido.
Cuando logramos llegar al último episodio donde deberíamos obtener respuestas, la serie nos deja con más preguntas que esperan ser resueltas en la segunda temporada. Sería de extrañar que nos aventuremos como público en la T2, con una basta.
Destacamos la profunda religiosidad que se plasma en la serie. No discutimos su veracidad sino el impacto que provocan según qué escenas en pleno siglo XXI y desde una perspectiva urbanita inmersa en la cultura del "Yo".
Las subtramas están más que manidas y el tratamiento de las mismas no difiere de lo visto en un millón de ocasiones, ni aporta luz o claridad a temas humanos. Infidelidad, asesinado, vandalismo, sexo y otras adicciones, codicia, infortunio, celos son los ingredientes básicos con los que acostumbran a montarse las encuestas policíacas. El tratamiento que esperamos de los anteriores debe ser más ingenioso, profundo o íntimo y no dejarlos en excusa para hacer avanzar, sin ningún tipo de gracia, una serie que cae en los clichés esperados.
¿Recomendada? En la mayoría de casos no, ni siquiera para alguien que disfrute de los thrillers y precisamente porque habrá visto tantos, que este le sabrá a refrito sin omeprazol.