Los directores finlandeses AJ Annila (The Eternal Road, Sauna, Jade Warrior), Aleksi Salmenperä (Void, A Man's Job), Alli Haapasalo (Love & Fury), Mikko Kuparinen (Man In Room 301, 2 Nights Till Morning, Sirocco), Mika Kurvinen (Invisible Heroes), Teemu Nikki (Euthanizer) y Marja Pyykkö (Man And A Baby) han creado siete episodios independientes de menos de 20 minutos para esta serie antológica, similar a las que HBO Europe ha producido en España y en Polonia. Estos directores presentan sus propios puntos de vista sobre la situación excepcional causada por la pandemia de covid.
Capítulo 1: "Once More with feeling"
Una mujer se va quedando fría hasta no sentir dolor o frío y sufrir alucinaciones.
Capítulo 2: "Doing the right thing"
En esta historia la vecina de un bloque de pisos se dedica a empapelar la escalera avisando de los peligros del virus así como de las medidas a tomar para evitar la contaminación y diseminación de la enfermedad. Otra mujer, madre de dos niños, hace caso omiso de las advertencias. El espectador incluso encuentra a la primera vecina un tanto paranoica pero lo cierto es que, al final, los más cuidadosos acaban pagando el pato de los inconscientes.
Capítulo 3: "Honeymoon"
La absurda representación de una ruptura a distancia donde el personaje principal se desdobla por cada día que pasa. ¡¡¡¿¿¿...???!!!
Capítulo 4: "Love in the time of corona"
Una pareja queda para cenar con otra pareja por skype. ¿Amor en tiempos de corona? Esta es sin duda el mejor de los 7. Lo que han querido comunicar es que esta nueva manera de relacionarse de casa a casa provoca una relajación que deja aflorar la realidad de la relación. Estando en terreno propio y no neutro, como un restaurante, es más fácil que los comportamientos usuales se impongan.
Capítulo 5: "Spring Break"
Un padre y sus dos hijos adolescentes se pierden en el bosque al ir a hacer senderismo. La madre estando ingresada en el hospital no está con ellos y el resentimiento contra el padre se hace palpable durante todo el episodio. No le vemos mucho sentido pero sí que observamos una mayor relajación en Finlandia y mucha más libertad durante la cuarentena que la que tuvimos en España.
Capítulo 6: "Knock Knock, tik tok"
3 personajes viven en el mismo bloque de pisos y tenemos derecho a colarnos en sus casas y contemplar el arte del "fare niente", ni siquiera hablan.¿Moraleja? Zero ¿Dónde se encuentra la creatividad? ¿Y el arte? ¿Y la gracia?
Capítulo 7: "Selftape"
Un actor se halla en casa preparando el guión para protagonizar una película americana. Su hija llega de España donde está cursando sus estudios y, tras estar las 2 semanas de rigor en aislamiento, ayuda a su padre a preparar un video autopromocional pues la película ha sido presuntamente anulada.
CRÍTICA DE LA SERIE EN CASA (FINLANDIA) - CEC SERIES
Estamos ante el caso de 7 historias a cual más insulsa, vacía e incluso surrealista. En particular la número 6, totalmente incomprensible o es que nosotros tenemos el conducto de la abstracción obstruido.
El único relato que merece realmente detenerse es el 4 donde 2 parejas quedan para cenar por Skype con la consiguiente pelea en la que termina la velada. La reflexión nos lleva a preguntarnos si el virus ha logrado poner en evidencia parcelas de realidad, tanto personales como sociales, escondidas.
Hemos asistido durante los últimos meses a la caída de muchos decorados gracias al covid. Realidades que estaban ahí pero que la vergüenza de la desvergüenza conseguía difuminar. Por poner un ejemplo reciente, los temporeros que han traído parte de los nuevos brotes son preocupación de todos ahora que existe una amenaza de salud pública. Sin embargo, hasta la fecha, a pesar de saberse sus inhumanas condiciones laborales, quedaban rápidamente apartados de la conciencia global (que no personal) cuando el kilo de tomates se pagaba a 1 euro.
"Unos ganan y otros pierden" se suele decir para excusar nuestra indulgencia económica pero el problema es que siempre ganan y pierden los mismos. El sistema alienta a los de siempre y nosotros corremos un tupido velo porque ¿Qué vamos a hacer si la guerra está ganada de antemano?
No hay guerra sino apariencia, no hay condena sino pactos encubiertos para cuando salte la liebre. Mientras tanto, se informa de que existen casos de malversación de fondos, codiciosos desvíos de dinero e insultantes robos con guante de oro pero aquí nunca pasa nada porque ¿Dónde y cómo hay que reclamar? ¿Dónde y cómo hay que sublevarse? ¿Para qué revolucionarse si salir a la calle y gritar sólo sirve para encabezar los titulares? ¿Cómo exigir un cambio si los que están en el poder son todos iguales y lo que prometieron humildad e igualdad viven en mansiones? ¿Cómo no vamos a estar desencantados de nuestra realidad?
Y sí, el virus lo ha dejado todo al descubierto pero ¿qué hacer ahora que no llegamos a final de mes? ¿Cómo vamos a preocuparnos de otra cosa que no sea conseguir un plato de comida para la familia, pagar la hipoteca o el alquiler? El sistema ya se ha encargado de tenernos ocupados pensando en asegurar la supervivencia como para preocuparnos de asuntos que nos incumben pero de lejos. ¿Es esto también la polarización y estratificación social a la que hemos contribuido todos? A mí la cervecita en la terraza que ya no pido más. ¿En esto se ha convertido un país que logró una república? Es lamentable pero cierto y las causas que nos han conducido hasta aquí son generales y forman parte de la también pandemia global: el letargo generalizado.
Esta vez, el problema persiste y nos obliga a mirar de frente sin poder desviar la atención. Se persistirá en intentar tapar las fechorías, los desfalcos, las paupérrimas condiciones vitales de la humanidad y continuará existiendo nuestra responsabilidad como telón de fondo: la de cada uno. ¿Qué haremos con toda esta información?
Insistimos, no entendemos el interés de estas creaciones, seguimos sin encontrarle lectura a la mayoría de las historias y por lo tanto sentido. La vida espiritual de los finlandeses es tan pobre como la nuestra.
Existe también la versión polaca por si a alguien le puede llegar a interesar pero después de haber visto "Znaki", "En la ciénaga" y "Bosque adentro" de Netflix, vamos a abstenernos. Si los polacos han sido capaces de aburrir teniendo una historia que contar, no queremos ni pensar en lo que puede llegar a ser una narración polaca sin nada que decir.