"Inés del alma mía" es una adaptación de la novela homónima de Isabel Allende basada en hechos reales, que cuenta en 8 capítulos la historia de Inés Suárez de Plasencia (Elena Rivera), una joven extremeña, audaz y descarada que quizás nació demasiado pronto para la época en la que le tocó vivir.
Inés y su hermana Asunción (Andrea Trepat) residen bajo el techo de su devoto tío. A Asunción la van a casar en cambio Inés va a ser enviada a un convento por haber estado fornicando por ahí con Juan de Málaga (Carlos Serrano). Ni corta ni perezosa, Inés decide escapar y casarse con éste en Sevilla.
Ahogado por las deudas, Juan opta por partir hacia el Nuevo Mundo en busca de oro. Posteriormente, Inés se embarcará en busca de su marido extraviado al otro lado del Atlántico.
Aventuras, miserias, dificultades, pasiones y muerte acechan a Inés que, a pesar de todo, sigue soñando con una vida de aventuras. En Perú conocerá al despiadado Pizzarro (Francesc Orella) y a su secuaz, De la Hoz (Enrique Arce), dispuesto a todo para obtener un territorio llamado Chile y a Inés.
Sin embargo, Inés se inclinará por el famoso conquistador español Pedro de Valdivia (Eduardo Noriega) cuyo deseo es partir en expedición a Chile para forjar un nuevo mundo mejor que el viejo.
Inés y Pedro emprenderán la macha en busca de esa tierra, el lejano y desconocido país del que nadie ha conseguido apropiarse. Por el camino deberán enfrentarse a la tribu de los indoblegables indios Mapuches, a una caminata por el interminable desierto y a la carencia de los alimentos básicos para la supervivencia.
Estamos ante un drama histórico bien ambientado y curiosamente filmado. Un retrato más de la conquista española en las Indias, de nuestro salvajismo civilizado contrapuesto al salvajismo animal de los autóctonos. ¿Quién fue más cruel?
Lección histórica o lección humana volvemos a ver en pantalla otra nueva producción sobre la conquista del nuevo mundo: "Hernán" también de amazon, "La reina de las Indias y el Conquistador" en Netflix y ahora "Inés del alma mía". 3 producciones en menos de 6 meses son quizás demasiadas.
También es cierto que estamos ante una serie de aventuras que podría haberse situado en cualquier otro lugar y que, al basarse en una novela, se ha respetado el telón de fondo. Nada que objetar.
Lo que de costumbre nos molesta de las producciones españolas está ausente. El guión es correcto a parte de algunos agujeros y fallos que pasan desapercibidos como por ejemplo Inés vagando por la jungla durante casi 4 meses ataviada de un solo vestido que no sufre rasguño alguno. 4 meses sin equipaje y de repente, al llegar a Perú aparecen 2 bolsas de la nada y unas monedas para iniciar su nueva empresa.
La historia de amor es previsible desde el momento en que ella se topa con él, escena sustancialmente penosa en la que Inés trata con despecho a su futuro galán Pedro de Valdivia.
Eduardo Noriega, sigue sin regar ninguna parte de nuestro cerebro. No hay manera que este chico nos comunique nada. Ha mejorado y ya lo comentamos en la crítica de la serie de Netflix "Hache" pero sus dotes interpretativas son nulas. Los demás actores están correctos, un poco sobreactuados como si de un teatro de tratara pero eso ya viene siendo costumbre y parte del sello español de trazo grueso.
La historia a nosotros no nos engancha pero reconocemos los elementos que conforman su esqueleto y que sí van a tocar los puntos que excitan el circuito mesocorticolímbico (o circuito de placer) cerebral compuesto por aquellas regiones en las que se producen los niveles más altos de dopamina.
Al ser una función que se ha desarrollado por asimilación, es por lo tanto adaptativa y educacional. Por ello, algunos la sienten ante unos determinados estímulos como comer chocolate, ir de compras o ver a los protagonistas de "Inés del Alma mía" repelerse sabiendo que en algún momento acabarán entrelazando sus cuerpos, y otros no. La creación de expectativas o sencillamente la aparición de una idea también puede activar la producción de placer si hemos sido adiestrados de esta forma.
¿Es una gran serie? No, no lo es.
¿Sirve para pasar el rato? Sí, sirve.
¿Habéis aprendido algo? Seguro que algo hemos aprendido lo que también es seguro es que los datos que hayamos adquirido servirán poco para lo cotidiano.
¿La recomendais? No especialmente, es una serie más del montón, correcta.
A esta crítica le encadenamos la canción que nos ha venido a la mente... ¿a vosotros también?
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