La cultura se encadena: basada en la novela de terror gótico de Henry James
Una era completamente nueva en la serie de antología de Mike Flanagan
Sobre Bly Manor reposa la sombra de una maldición. Sucesora en Netflix de la terrorífica, misteriosa e inquietante "The Haunting of Hill House", "La Maldición de Bly Manor" está basada en la novela de terror gótico de Henry James "The Turn of the Screw" que ya ha inspirado una gran cantidad de adaptaciones, sobre todo en una obra de Broadway de 1950 y la película The Innocents de 1961.
Ambientada en Bly, Inglaterra, en 1987 y narrada desde el Norte de California 20 años después de los hechos a través de una enigmática mujer de pelo blanco, relata la historia de una niñera americana contratada para cuidar de unos niños en Bly Manor.
La profesora, una joven y solitaria Danielle Clayton (Victoria Pedretti, "The Haunting of Hill House"), fue a Londres para contestar en persona a un anuncio publicado por Lord Henry Wingrave (Henry Thomas, "The Haunting of Hill House").
La oferta de trabajo guardaba relación con sus sobrinos, Miles (Benjamin Evan Ainsworth) de 9 años, y Flora (Amelie Bea Smith) de 7. Los niños necesitaban una au pair tras la trágica muerte de sus padres y posteriormente la de la niñera precedente, la ambiciosa Miss Jessel (Tahirah Sharif).
Dani será pues contratada para educar a los niños siendo el puesto de trabajo a tiempo completo y con la necesidad de residencia en la mansión de Bly, la centenaria casa familiar de los Wingrave en el condado de Essex, un hermoso lugar apartado en el campo.
Junto con el cocinero Owen (Rahul Kohli, "izombie"), la jardinera Jamie (Amelia Eve) y el ama de llaves Hannah Grose (T’nai Miller, "izombie"), Danielle Clayton se enfrentará a los poderes sobrenaturales de su mente.
"Y, si un niño le da le da una "vuelta de tuerca" ("The turn of the screw") a la historia, ¿Qué pasa cuando en vez de uno son dos?"
CRÍTICA DE LA SERIE LA MALDICIÓN DE BLY MANOR - CEC SERIES
No siendo amantes del género de terror, hemos encontrado en la maldición de Bly Manor una narración inquietante e intrigante hermosamente llevada a la pantalla pero sin los sobresaltos ni la tensión que se suelen acompañar a este tipo de producciones y que los apasionados del género esperan. Esto último debería poner a nuestros lectores sobre la pista de que no se trata de una serie de miedo sino de suspense.
La música, sin estridencias, es una melódica comitiva que suaviza y completa el séquito dotando a la serie de belleza auditiva. Los sentidos la agradecen.
A todo lo anterior, se suman las interpretaciones divinamente llevadas a cabo por los actores entre las que destacamos la del jovencísimo Benjamin Evan Ainsworth que logra poner los pelos de punta con su maléfica mirada y la de Victoria Pedretti con un registro expresivo ricamente abastecido.
Por si lo anterior no fuera suficiente como para darle una oportunidad, añadimos que el guion hace gala de dominio narrativo y sabe mantener perfectamente la atención del espectador a través de las múltiples subtramas que va desarrollando por el camino.
Con un tempo sostenido, va dejando caer enigmas sin prisa pero sin pausa: Un puesto de trabajo que genera curiosidad, un intrigante tío alcohólico, unos niños "perfectamente espléndidos" con arrebatos exorcistas, una ama de llaves que nunca prueba bocado, una niñera muerta en un estanque, el pasado ora de un personaje y ora del otro, unos hechos fantasmagóricos actuales, etc.
El tejido del misterio se va deshebrando fabulosamente en pantalla quedando expuesto a través de una deconstrucción sencillamente extraordinaria.
"Repleta de fantasmas de todo tipo". Esta inusual puntualización ya llama por sí sola la atención.
Recomendada la experiencia sin que de ella se esperen grandes sustos ni fantasmas aterradores porque ¿Qué puede generar más pánico que la propia imaginación?
