Con Fares Fares (Westworld, Chernobyl) de protagonista.
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La producción original de Nordic Entertainment Group (NENT Group), "Partisan" se estrenó el 16 de agosto y si su primer capítulo es lo que creemos que es, estaremos ante una de las series revelación de la temporada.
No obstante, una temporada como lo es la primera de tan sólo 5 capítulos nos parece muy justa para todo lo que hemos leído en ella.
En "Partisan", Johnny (Fares Fares, 'Chernobyl'; 'Westworld'; 'Rogue One: A Star Wars Story') es un conductor de camión recién contratado por una comunidad agrícola, "Earthy", ubicada en Jordnära. Antes de entrar a trabajar para ellos, Johnny es encargado de una misión: recoger a Nicole (Sofia Karemyr) y María (Ylvali Rurling), dos chicas jóvenes con antecedentes difíciles, y conducirlas a su nueva familia de acogida: Maud (Anna Björk) y su marido Kent (Johan Rheborg) en Jordnära .
Rodeado por un cerco, este pueblo aislado de Suecia se protege del mundo exterior. Asimismo la señal telefónica no llega, sólo disponen de wi-fi, hay cámaras de vigilancia dispuestas estratégicamente, nadie fuma y todos sus habitantes son blanquitos y rubios. Los habitantes con acento al hablar u oscuritos de piel como Johnny, al que se refieren despectivamente como "el moro", se dedican a los trabajos menos gloriosos de la comunidad.
Nicole de 17 años y María de 15, deberán pasar el verano en un palacio con piscina en medio de la naturaleza, con aire puro y sin móvil, un paraíso sobre la faz de la tierra para nosotros y un castigo divino para las dos adolescentes.
Lo cierto es que la idílica comunidad produce escalofríos. La demostración anual del equipo de gimnasia es motivo de orgullo de sus habitantes, la agricultura ecológica se lleva hasta el extremo así como todo lo que se puede ver a lo largo del primer episodio.
Crítica de la serie partisan - cec series
¿Por qué tiene pinta de ser una bomba de relojería?
En primer lugar por las constantes alusiones a la raza de Johnny, a su nombre y a sus orígenes. El actor Fares Fares no es precisamente la imagen del sueco por excelencia. Las constantes des-calificaciones recibidas por sus congéneres y supuestamente el modelo ejemplar de ciudadanía. La guinda del pastel es que dentro del colectivo de "inmigrantes" también existe una jerarquía donde la apariencia es la que dicta el nivel de poder de los unos sobre los otros.
Un pueblo aislado y cercado que se comporta como una secta de zombies rubitos y blanquitos en un paisaje idílico donde nadie fuma, nadie bebe y los jóvenes son atléticos portentos de la mejor genética disponible, sin pesticidas, sin aditivos y sin ondas electromagnéticas que puedan interferir en la epigenética.
Marcadas diferencias se resaltan entre los trabajadores y los habitantes. No sólo en los respectivos lugares de hospedaje donde los primeros habitan en unos contenedores y los segundos en caserones de ensueño sino la relación de poder que se establece entre ellos.
Dentro del colectivo de "alta gama", las niñas adoptadas por muy suecas que parezcan, serán repudiadas porque los estratos superiores también tienen sus leyes. Al ser forasteras, queda claro desde el inicio que serán parias.
Como resultado obtendremos a dos niñas suecas repudiadas por su propia comunidad y a un Johnny, también sueco de nacimiento repudiado hasta por la clase trabajadora. ¿No será pues que el problema de la marginación social está presente a todos los niveles y es creada por aquellos que la denuncian?
Que no nos digan que los elementos para hacer una serie de 10 no están más que anunciados. Sin embargo, no podemos afirmar que será lo que vaticinamos y nos tocará esperar hasta el final de la primera temporada. Nosotros ya le hemos visto las orejas al lobo y si los ingredientes se mezclan como creemos que lo harán, sin duda alguna, esta será una serie a tener muy presente en este 2020.