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"Saikojiman Gwaenchanha" o "Está bien no estar bien" es un kdrama en toda su extensión. 16 episodios de clásico estira y afloja entre un chico y una chica que está claro que enganchan.
Esta es la historia de un chico de 30 años, Moon Gang Tae (Kim Soo Hyun), empleado en un hospital psiquiátrico que además debe cuidar, con la ayuda de su mejor amigo Jo Jae Soo (Ki-Doong Kang) a su hermano mayor, Moon Sang Tae (Jeong-se Oh), autista.
Su existencia ha estado siempre al servicio de los demás y no ha tenido tiempo para sí mismo de tal forma que jamás ha conocido el amor. Los recuerdos perdidos de su infancia vuelven a él cuando se muda a su ciudad natal para trabajar en el hospital psiquiátrico OK donde su amiga Nam Ju-ri (Park Gyuyoung) tiene un puesto de enfermera.
Por otra parte, se cruza en su camino Go Moon Young (Seo Ye Ji), una increíblemente popular autora de cuentos infantiles que sufre un trastorno de personalidad antisocial. Es despiadada, fría, calculadora y caprichosa pero su manera de proceder puede sacar a más de un loco del atolladero.
Moon Young y Gann Tae son viejos conocidos pero ninguno de los dos se reconoce en el altercado que hace coincidir sus vidas como si el destino les hubiera jugado una mala pasada.
Tanto Moon Young como Gang Tae empiezan a cambiar sólo por estar en contacto el uno con el otro y, sin querer, ambos comienzan a curarse lentamente de sus respectivas heridas emocionales.
CRÍTICA DE LA SERIE ESTÁ BIEN NO ESTAR BIEN - CEC SERIES
En este dramón, cada capítulo lleva por título el de un cuento clásico que el cinismo de la escritora Moon Young nos reinterpreta a su manera. Entusiasmados, asistimos a la nueva lectura de la enfermiza historia de "La Bella y la Bestia" de tal forma que Bella se enamora de su raptor debido al síndrome de Estocolmo. Brillante e hilarante momento.
No se nos había ni siquiera pasado por la cabeza porque son historias con las que hemos crecido y no llegamos a ponerlas en duda o plantear una lectura paralela pero en sentido contrario. Otros análisis igual de tronchantes sobre "Barba azul" o "El patito feo" entre otros cuentos clásicos nos incitan a seguir enganchados al televisor adorando la sorna de la escritora y odiándola por su caprichos repentinos.
La historia de fondo es de lo más corriente: chico se "enamora" de chica, chica de chico. Los papeles están invertidos pues en este caso el que cuida de la familia es él con el trauma bien marcado de una madre que lo engendró precisamente para cuidar de su hermano.
Ella por el contrario, es hija única pero con un pasado manchado por la pérdida y la falta de amor de una madre en el papel de madrastra maltratadora.
Con mucho sufrimiento, idas, venidas, ahora sí, ahora no, antes sí pero no, antes no pero sí, sí y no, contigo pero sin ti, vete pero quédate, bla bla bla, tenemos que decir que la historia marea sobremanera. A pesar de ello, elogiamos la sorprendente imaginación de las producciones coreanas y de la capacidad que tienen para dilatar una trama que podría quedar zanjada en la mitad de episodios.
Reconocemos en el protagonista masculino los rasgos de carácter viril por excelencia: protección, sencillez, entereza, lealtad y sensibilidad comunes a todos los galanes de los cuentos de hadas. Un hombre que durante 30 años cuida de su familia sin importar lo que a él le ocurra y sin desviar la atención de su objetivo principal. Un hombre tenaz, trabajador y hogareño que no cede ante ninguna tentación. Amigo de sus amigos, amable, amoroso, cariñoso...
Moon Youg encarna a la nueva mujer independiente, trabajadora que desempeña una labor muy masculina. Esta imagen rompe con el estereotipo de princesa endeble con la que los clásicos nos han inundado, una antiheroína que libera al sexo femenino de su rol emblemático pero que sigue desfalleciendo ante un Moon Gang Tae al que podríamos, tranquilamente, tildar de acosador. La historia entre Moon Young y Gang Tae es la perfecta ejemplificación de "El Perro del Hortelano" que ni come ni deja comer al amo.
Todo lo que se ve en "está bien no estar bien", invita a trasladarse a un mundo de cuento, a salir de nuestro cotidiano y los personajes se transforman en acompañantes durante un rato cada día. No termina de ser insoportable gracias a los caracteres secundarios como el editor de Moon Youg o la joven directora artística que no da pie con bola.
Algodón de azúcar a la par que simpaticota, la serie se va transformando en adictiva sin que uno se dé apenas cuenta. Nuestra favorita es Moon Young y destacamos la actuación del hermano autista Sang Tae que no deja indiferente. Uno se pregunta si el actor está actuando o tiene autismo de verdad.
Creemos que hará las delicias de aquellos fans incondicionales de los Kdramas y con la apuesta en firme de que Moon Young no acabará de complacerlos en su papel femenino porque no es un personaje agradable en absoluto.
