“Las partidas de ajedrez de Beth Harmon en #GambitoDeDama han reunido a 62 millones de hogares en sus primeros 28 días rompiendo el récord entre miniseries. También ha estado en el Top 10 de 92 países y ha sido número 1 en 63 de ellos♟”
Cuenta la historia de Beth Harmon (Anya Taylor-Joy, "Peaky Blinders", "La casa de las miniaturas"), que queda huérfana a la edad de nueve años e ingresa en un orfanato. Beth es callada, discreta y su silencio raya la hosquedad en un mundo hostil que no la comprende, ni ella a él.
En el orfelinato se dispensan "vitaminas" a diario, las rojas y las verdes y éstas últimas le proporcionan tal bienestar a Beth que terminan por crearle una dependencia. Más tarde sabremos que las pastillas verdes eran en realidad tranquilizantes dispensados sin supervisión alguna.
Un día, en una de sus incursiones al sótano para sacudir los borradores llenos de tiza, Beth descubre al Sr. Shaibel (Bill Camp) ante un tablero de ajedrez que la hipnotiza y la obliga a bajar día tras día hasta que juega su primera partida y se revela como niña prodigio.
Sus sentidos se agudizan, su pensamiento se vuelve más claro y, por primera vez en su vida, se siente completamente en control de la situación en ese microcosmos recreado sobre un tablero de 64 casillas.
Beth es adoptada por los Wheatley, una pareja que se separa al poco tiempo de la llegada de ésta a la familia. Alma Wheatley (Marielle Heller) cae en una profunda depresión y abusa de tranquilizantes y alcohol al unísono, un mal ejemplo para Beth a la que la sombra de la dependencia persigue.
A los dieciséis años compite por el campeonato del Abierto de Estados Unidos. Pero a medida que Beth perfecciona sus habilidades en el circuito profesional, su aislamiento se vuelve más feroz, su encierro mental crece y el escape y alivio lo halla momentáneamente en aquello que le proporciona sosiego instantáneo.
CRÍTICA DE LA SERIE GAMBITO DE DAMA (Queen's gambit) - CEC SERIES
El personaje de Beth Harmon es una oda al feminismo sin ser el hembrismo al que últimamente estamos acostumbrados a ver desfilar y nos gusta. Nos gusta en particular el toque de distinción femenina que se le da a Beth como jugadora de ajedrez en una hermosa conjugación de despiadada precisión y desalmada letalidad.
Beth es una mujer de los 60 que arrastra la etiqueta de su condición y la encadena a responder a un patrón para el cual no ha sido diseñada. No comprende el mundo que la rodea y por supuesto la sociedad que la envuelve es incapaz de entender la austeridad y falta de empatía de Beth.
Más allá del hecho que sea una figura de ficción y por ello inexistente, sí que este personaje es un conglomerado de otras mujeres que sí fueron reales y víctimas de sus circunstancias.
Por nombrar algunos de los ejemplos más conocidos:
- Sylvia Plath que estuvo clínicamente deprimida durante la mayor parte de su vida adulta y fue tratada varias veces con terapia electroconvulsiva (TEC) y terminó suicidándose en 1963. Hija de un entomólogo profesor de universidad y de una madre que abandonó su carrera por la de su esposo. La poesía de Platz recoge sus luchas internas en la que plasmaba la condición femenina como una cárcel: "Mi gran tragedia es haber nacido mujer", escribió, debatiéndose entre la mujer sumisa como su madre que la sociedad esperaba que fuera y la radical feminista que se sentía y quería ser.
- Virginia Woolf que casualmente también sufría de depresión crónica a partir de la adolescencia. Diagnosticada con trastorno bipolar, a lo largo de su vida Woolf se vio acosada por enfermedades asociadas y terminó suicidándose en 1941.
- Emily Dickinson, considerada excéntrica por los que la rodeaban por vestir siempre ropa blanca y el rechazo de saludar a los invitados, pasó la mayor parte de su vida encerrada en su habitación. Los intercambios con el mundo real eran fundamentalmente epistolares.
La lista de nombres es tan extensa que llevó a Phyllis Chesler a dedicar su vida al estudio de la relación entre "Mujeres y Locura", en esta obra de la que ya hablamos en su día.
"Gambito de Dama" es una producción feminina y femeninista que no peca de lo que nos hastiamos de ver con demasiada regularidad en las pantallas y que contribuye a la confusión o deformación del término "feminismo". El feminismo de hoy ha terminado siendo el extremo opuesto del machismo. La dictadura del "hembrismo", que así debería llamarse, ha irrumpido y tergiversa la nobleza del movimiento de protesta que nació en los 70.
"Gambito de Dama" va decapando la personalidad de Beth y ofreciendo al espectador un recorrido fehaciente y plausible gracias al cual logra explicar esas rarezas y el nacimiento de la incomprensión sufrida.
Muy recomendable, bien filmada, intimista sin intimidación con la delicada frialdad de su actriz principal que plasma a la perfección esta desvinculación del mundo emocional de Beth.