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Un thriller centrado en las mafias rusas en Europa occidental y dirigido por Mikael Håfström ("Plan de escape"), que adapta el primer libro de la Trilogía Negra de Moscú de los novelistas suecos Camilla Grebe y Paul Leander-Engström. Una mirada única a las bambalinas de la política y la oligarquía rusas, integrada por unas pocas personas dispuestas a cualquier cosa por lograr y mantener el poder.
Estamos en Moscú en 1999. Que nadie se sorprenda por los móviles de primera generación que parecen historia antigua sacada de algún tomo enciclopédico.Tan sólo estamos hablando de hace 20 años y parece la prehistoria.
Un acuerdo comercial arriesgado como la venta de las acciones de la empresa Neftnik, sumerge al banquero de inversiones sueco Tom Blixen (Adam Palsson) en una guerra abierta con multimillonarios, políticos, oligarcas y sus ejércitos privados. Todo empieza el día en que Olga Ukolova (Karolina Gruszka) la mujer de su mejor amigo Fredrik Kastrup (Christopher Wagelin) va a ver a Tom con las acciones de una empresa de la que nadie sabe nada.
Tom irá investigando, tirando del hilo y adentrándose en las entrañas de una maraña que no queda demasiado clara. Unas acciones que parecen estar malditas causando la muerte del que intenta venderlas, unos propietarios fantasma cuyo nombre no aparece en ningún registro y un idilio guardado en secreto que pende de un hilillo. Todo ello ingredientes de este thriller nórdico.
crítica serie moscow noir - cec series
Para el caso que nos ocupa, Moscow Noir es un enrevesado thriller sobre unas acciones que no queda claro del todo. Recuerda a la segunda temporada de Bedrag. Termina haciéndose demasiado larga y pesada así que el último capítulo es prescindible y los intermedios podrían recortarse.
Adam Palsson vuelve a estar correcto, sin deslumbrar. Hemos recuperado la imagen anterior al "joven wallander" que no acabó de convencernos. La historia escondida de Tom Blixen termina en un gran punto de interrogación. No entendemos para qué la han metido en medio de lo que ya es suficientemente complicado por sí solo.
A Karolina Gruszka le deben de haber dado el papel por su cara bonita porque tampoco podemos decir que se trate de la actriz revelación
Hay una escena en particular coprotagonizada por Adam y Karolina, que deja una marcada sensación de vergüenza ajena. Es imposible quedarse impávido mirando sin dejar escapar algún que otro "¡Por favor!" o "¡Por Dios!". Le damos a la flechita de la derecha para hacer un flashforward. Hay cosas que sencillamente NO. Deberían ser intolerables en producciones de cierto nivel. Aquí la relación paralela entre los "tontolitos" es un añadido que no tiene interés ni relevancia y por el cual transcurre un valioso minutaje que no han empleado en explicar mejor la trama. Pues se tienen que llevar una reprimenda los guionistas porque la parte principal queda confusa.
Realmente, no pasa nada porque al final es lo de siempre. La puesta en escena es diferente, y se agradece, pero lo único que acaba importando en cualquier thriller es el ¿QUIÉN?. Por el camino no hay lecturas derivadas, dobles sentidos, mensajes ocultos, moralejas... nada. "Moscow Noir" es un altiplano situado por encima de las llanuras pero demasiado enrevesado y mal estructurado como para sostenerse solo.
Sin ser la típica historia de asesinatos monda y lironda, pretende ofrecer un añadido de complejidad que no le sienta nada bien. Demasiados cabos sueltos e información extra que no sirve para nada y cuyos hilos terminan en culo de saco: los "perros del espacio" cuya razón es demasiado sutil para nuestras toscas entendederas, un embarazo que no termina en aborto sin saber por qué, los dos primeros asesinatos no tienen demasiado sentido y el verbatim pegado con celo detrás de un marco de fotos es chapucero, el polvo en la sauna sin comentarios y los intentos de flirteo marcando canalillo desde la gargantilla se presenta como un espectáculo grotesco y casi ofensivo para el espectador por la obviedad de las intenciones.
Esta vez no podemos dar el visto bueno a esta serie. Es demasiado de todo: larga, lenta, enrevesada, humanamente obvia... Sintiéndolo mucho no llega al aprobado. Se queda en 4/10.