La Filmoteca de The Macuto Collective
C.C. Baxter hubiera sido un empleado del montón en una enorme empresa de seguros de Nueva York de no ser porque su apartamento era el picadero predilecto de todos sus superiores.
Extremadamente dócil y servicial, Baxter era de esas personas que parecen haber venido al mundo para hacerle la vida más fácil a los demás. Con la mente puesta en un ascenso que le convirtiera en ejecutivo de la empresa, hacía todo tipo de sacrificios para que sus jefes tuvieran el espacio necesario para dedicarle tiempo a sus numerosas amantes, hasta que un día se entera que Fran, la dulce ascensorista de quien él estaba enamorado, es una de esas. Pero no creo que haga falta seguir resumiendo la historia. Basta con decir que "El apartamento" es de ese tipo de películas en las que el espectador es llevado en carroza y en la que desde la tercera escena se sabe exactamente lo que va a pasar y cuándo. Normalmente no escribiría sobre este tipo de películas porque son terriblemente aburridas, pero esta resulta ser una película de Billy Wilder.
Como en todas las películas de este gran autor, el guión es sensacional. Wilder tenía una habilidad extraordinaria para aprovechar el hermetismo de la fórmula hollywoodense, en donde se desenvolvía a placer entre el humor fácil, el incisivo, y la abierta amargura. Por esta razón, y también gracias a la enorme elasticidad interpretativa de Jack Lemmon, si bien Baxter es un personaje que nos hace reír por su inocencia e infantilismo, también su excesiva bondad es a menudo muy irritante. Aún así, se hace difícil reconocer a ese hombre enérgico y ridiculamente optimista en una escena como la del bar en navidad, justo después que se entera de que su amada es asidua de su apartamento. Hundido en la miseria, Baxter se emborracha lentamente mientras fuma (¡qué bellos tiempos aquéllos de fumar dentro del bar! ¿Se acuerdan?), y ligando con la primera que encuentra. Pues sí, el bueno de Baxter no sólo es el tonto enamorado de personalidad plana y sencilla. Baxter también tiene algo entre las piernas.
Una escena como ésta le da a El apartamento una altura atípica para una película de esta clase, que no tiene otra función que ser simple entretenimiento para hacer olvidar a la gente de sus problemas. Pero Wilder es uno de esos virtuosos cuya idea del entretenimiento es de una clase y refinamiento poco común. Es sorprendente la desenvoltura y ligereza con la que logra desarrollar ideas tan sórdidas como esta. ¡Que la disfruten!
Una lástima que la gran mayoría de gente no le interese nada lo que es el mejor cine de todas las épocas, esta peli es fantástica!!!