Roma, ciudad abierta es la primera de tres películas que Rossellini filmó sobre el tema de la posguerra y es, junto a Ladrón de bicicleta de Vittorio de Sica, la película más importante del Neorrealismo.
Tan solo unos meses después de la liberación de Roma, Roberto Rossellini se puso manos a la obra para intentar mostrar de alguna manera su visión de lo ocurrido. Tal intención se antojaba difícil no solamente por la complejidad de una sociedad tan traumatizada por semejante acontecimiento, si no también porque Italia estaba destruida y quebrada. Los estudios de Cinecittà estaban siendo utilizados para alojar a refugiados, y era absolutamente impensable hacer una película como se hacía antes. Pero Rossellini no estaba pensando en hacer nada parecido a los dramones encorsetados de la Italia fascista, si no más bien retratar la realidad que le rodeaba, que suficiente drama tenía.
Ante la falta de recursos, Rossellini filmó en la ciudad tal y como había quedado, haciendo de los edificios destruidos el perfecto telón de fondo para estas historias entrecruzadas. El guión (trabajado con Federico Fellini entre otros) lo iban escribiendo sobre la marcha y narra la historia de varios personajes fascinantes en la Roma ocupada, El personaje central es Manfredi, un integrante importante de la resistencia italiana que se refugia de la persecución de la Gestapo en la en casa de su amigo y compañero de lucha Francesco.
Encontrar a Manfredi era la obsesión del mayor Bergmann que poco a poco va estrechando el cerco. La persona más influyente del barrio, el padre Pietro (basado en una personaje real), simpatizaba con la resistencia, y se dedicaba a protegerlos y a proporcionarles identidades falsas. Por otro lado está Pina, la prometida de Francesco, embarazada y madre del pequeño Marcello, un niño entrañable que formaba parte de una tropa de amigos que se dedicaban a poner bombas a los trenes alemanes. Lauretta, la hermana de Pina, era más pragmática y flirteaba con alemanes para vivir un poco mejor. Ella trabajaba en un club nocturno con Marina, la novia de Manfredi, cuya debilidad por la morfina le hizo suceptible a colaborar con los Nazis.
Todos estos personajes retratan una realidad muy cruda, de miseria y desesperación, pero también de dignidad, solidaridad y heroísmo ante el enemigo común. Salvo para el padre Pietro y Pina, Rosellini utilizó actores y actrices no profesionales, que habían vivido (y que estaban viviendo en el momento) situaciones similares. Pero de no ser porque lo sabemos, no parecieran ser actores amateur, quizás porque Rossellini no les pedía que actuaran si no más bien que fueran ellos mismos. De esta manera, Rossellini no solo logró retratar como nadie las profundas penurias del momento, si no también dejar su huella en la historia del cine. Por eso yo me pregunto, si Rossellini en semejantes condiciones logró hacer grandísimas películas ¿por qué estamos hablando ahora de la muerte del cine y la "cultura" cuando suben un impuesto? ¿No se estará exagerando un poco?