Refugiados, inmigrantes…no vengan a Europa. Se lo dice el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk. No lo hagan...
Si venís, tal vez tengamos que miraros a los ojos, y avergonzarnos de nuestra vida superficial, de nuestro derroche y de nuestro egoísmo. Si nuestros telediarios se inundan de vuestras imágenes, es posible que tengamos que reflexionar sobre las consecuencias de las políticas exteriores de occidente. Tal vez tengamos que admitir, que los valores en los que se basan las sociedades democráticas de libertad, de solidaridad, de valor de la vida humana, tiene letra pequeña. Vosotros sois personas de segunda, y nos ponéis en una situación incómoda al golpear nuestro pequeño matrix.
Haced caso al señor Tusk, no vengáis a Europa, no arriesguéis vuestras vidas. Permaneced en vuestros países intentando burlar a la muerte bajo las bombas, en medio de una guerra que ya ha destruido vuestro hogar. Engañad a los estómagos de vuestros hijos, cruzad los dedos para que la enfermedad y el hambre no se los lleve a un lugar donde no podáis acompañarlos. Aprended a convivir con el miedo y la incertidumbre de no saber si llegareis a mañana. Ese es vuestro destino y debéis asumirlo. ¿No os ha quedado claro a estas alturas? No vengáis.
Quizás para el señor Tusk sea demasiado fácil leer esas líneas de su guión. Porque él no será el policía turco que dubitativo, se acerque al cuerpo de Aylan en la arena de la playa, sin vida. No será él, el que se levante por la mañana en la isla de Lesbos, y vea su otrora preciosa playa repleta de cadáveres, ni lo despierten de su sueño los llantos de niños con hambre y frío, ante la mirada impotente de sus padres. Tampoco será el bombero que, luchando contra la naturaleza, intente arrancarle al mar las vidas de tantas personas que pusieron su esperanza en la vieja Europa y que se agarran a su supervivencia con uñas y dientes.
Aquí en Matrix, esperaremos a que Hollywood dramatice vuestra tragedia, que le pongan música, que sus protagonista sean el actor y la actriz de moda y que sea un gran estreno de cartelera que comentemos en CeC. Lloraremos en el cine, y nos asombraremos de nuestra propia indiferencia. Pero esto no es nuevo, como dijo Odon Von Horvath, las eras del horror se reconocen, casi siempre, demasiado tarde.
No vengáis a Europa, no crean a los traficantes, no arriesguéis vuestras vidas. Y si esta vida os ha deparado esperanza o muerte, elegid muerte.