40 series para una cuarentena
Desde las Filipinas con el amor a la cocina hemos navegado por las aguas de "Food Lore" que la une a Food Love por temática y de la que la distancia no solo la V. Esta serie antológica de HBO Asia explora las relaciones interpersonales así como el efecto de la comida en el día a día y las consecuencias de estar privado de ella. Cuidado que puede ser nuestro futuro próximo.
Hacemos de misioneros asomando la nariz y echando un vistazo a la vida y a la lucha de la masa filipina: cómo una empleada doméstica asume el dejar a su marido e hijos a cargo de su hermana, una madre soltera, una pareja de "enamorados" condenados a la separación, un paciente de Alzheimer o unas mujeres cuyos maridos están más pendientes de las tetas de María. Éstos constituyen algunos de los 8 dramas que "Food Lore" pone sobre la mesa. Pero la contemplación no pone solución a nada y ese es el drama real.
Food Lore está bien si se sabe apreciar la distribución de colores en una fotografía, si se es gourmet o un intrépido probador que no le teme a sabores y texturas o si los "manjares" exóticos resultan tan atractivos y comprensibles como las reacciones asiáticas.
Nuestras mútliples alergias alimenticias nos han convertido en muy conservadores a la hora de fantasear con la comida. Igual que en todos los terrenos aplicamos la regla básica por la que nos regimos "KEEP IT SIMPLE". Nada de complicaciones. Ante todo buscamos el alimento en cualquier terreno. Comemos y bebemos porque el P.C.H (Ver diccionario CEC) siente hambre y sed, dormimos porque nuestro cuerpo lo necesita pero no precisamente porque lo disfrutemos. Vivimos porque no tenemos otro remedio y lo único que nos provee de alegría y satisfacción es la buena ficción. Ese es el verdadero pilar que nos sustenta.
Siempre derechos a hincarle el diente a la chicha, directos al grano, de "Food Lore" no se puede decir que nos haya alimentado particularmente. Es la manera de hacer la que no nos va y, sin darle más vueltas, las interpretaciones tienen una marcada tendencia teatral y cómica que se nos atraganta. Las poses, los tocados recalcando esas pausas y esas muecas pensativas o escurridizas.
No se trata de alabar o desestimar una serie, "Food Lore" se deja ver porque a pesar de que sus intrigas tampoco nos llaman particularmente la atención, sí que tiene cierto interés antropológigo ver hasta qué punto el marketing ha logrado embutir los cánones de belleza Occidentales en el mercado asiático. Lo que se lleva es precisamente lo que no tiene esa gran masa de filipinos a los que va dirigida la serie "altura, envergadura, bustos y traseros prominentes y unos rasgos faciales cuanto menos raciales mejor".
El peso y la preocupación por la figura de unos se contraponen a la hambruna de otros. El hambre, los celos, la envidia son los ingredientes principales de esta receta de María con un extra de picante que intenta hacernos reir pero cuyo resultado es el opuesto a la intención. Atrapados en esta red de amor-odio, pasión-humillación, soledad acompañada, verdadera mentira a media luz, de debaten los instintos más primitivos del ser humano.
Una fotografía como ya se ha mencionado, rica en colores, sabores y probablemente olores de los que, afortunadamente, estamos lejos. Otra de las cosas que, como el humor, pertenecen a la cultura de cada región o país son los sabores, las texturas y los aromas apreciados. Cada cual encuentra la gloria esnifado lo que le es familiar pues los recuerdos se construyen en el cerebro reptiliano y ponen en marcha el sistema límbico que es el encargado de regular las respuestas fisiológicas frente a determinados estímulos.
Los instintos humanos como la memoria involuntaria, el hambre, la sed, los instintos sexuales, las emociones más básicas (sorpresa, miedo, ira, placer, tristeza, felicidad y asco) que afectan a la conducta se originan en esta parte del cerebro compuesta por el tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, cuerpo calloso, septo y mesencéfalo.
No vamos a hacer un curso de neurología así que para ser breves, los olores percibidos por el bulbo olfatorio llegarán finalemente y después de un periplo nervioso, a las zonas que nos interesan: amígdala e hipotálamo. Todo esto para decir que los olores pueden desencadenar respuestas instinctivas al igual que los sabores y apelar a los recuerdos basados en las emociones básicas.
Los manjares de "Food Lore" y su llamada al primitivismo del ser humano nos dejan inapetentes y fríos. Recomendamos no verla bajo ningún concepto mientras se está comiendo, hay escenas que nos han provocado verdadero asco pero como siempre hemos sostenido: somos altamente sensibles y especialmente escrupulosos con los temas alimentarios.
