El buenismo pornográfico que se nutre del sudor de esa "Little América" a la que ahora tratan de engrandecer, siempre a su favor.
No se la tenemos jurada, no le tenemos una manía persecutoria en particular que incrementa nuestra severidad a la hora de juzgar un producto de su manzanero ni tampoco tenemos marcados prejuicios en contra del gigante de Jobs. Sin embargo y no pudiendo negarlo, somos extremadamente críticos ante la sobrada soberbia de Apple pues han ido abriéndose camino en favor de sus verdes intereses, traicionándose a cada paso y bajando al lodo del "populacho" y masificando la sofisticación de su producto totalmente a la contra de su reclamo marketiniano.
Así, han ido imperceptiblemente virando hacia lo que les interesaba, metiéndose en la mentalidad colectiva y consiguiendo el consenso de todo un clan mayoritario en la aceptación de claúsulas que se escapan de nuestras entendederas pues las encontramos intolerables, inadmisibles y humillantes.
Ahora les ha dado por el capricho de producir series porque el mercado pide series pero que no nos vengan con la milonga de la altivez y capacidad de responder proactivamente a la demanda del mercado porque esto es un claro caso de "rastrerismo gusanero".
Parece que Apple Tv sigue empecinada en un constante, sostenido y desesperado intento de ofrecer un producto de calidad que es, en este caso y a nuestro parecer, reprobable moralmente. Si nosotros fuéramos inmigrates de USA estaríamos indignados con la serie Little América que trata de dar voz y recuperar historietas de unos desgraciados a los que nadie ayudó cuando realmente lo necesitaban. "Dios aprieta pero no ahoga" y es ahora, cuando seguramente ya no lo necesitan, que se dan a conocer las "proezas". La industria del entretenimiento acude cual mosca a la miel(da) y en un ataque de "buenismo" que nos produce animadversión viene Apple y, vendiéndolo como "Little América" la que hace la "Big América, sigue nutriéndose de ellos. Esta serie se podría incluso tachar de pornográfica a nuestro entender.
Es muy americana en el sentido en que trata de glorificar a los "self made men", los que se han hecho a sí mismos a base de pico, pala, sudor y lágrimas. Desprende mucho tufillo a cursilería de fondo aunque la serie en sí no lo sea pero es este orgullo nacional que siempre está presente como marco de referencia. El cultivar la esperanza y sobretodo que eso haya sido posible en los grandiosos Estados Unidos de América donde el trabajo es la base del éxito. Pues la realidad no dice lo mismo.
A nosotros no nos han terminado de convencer los relatos de estos desgraciados condensados en pequeñas dosis. No encontramos nada digno de admiración aunque intenten colarnos que la meritocracia hizo posible el triunfo del esfuerzo en el país de las oportunidades. Siempre está esa cosilla de admirar a gente que consiguió "proezas" sin siquiera llegar a imaginar algún día que lograrían nada.
La narración es floja y plana. No tiran de emotividad barata, como suelen hacer las producciones americanas y por ello les damos las gracias. La musiquita del principio nos gusta en plan Bollywood pero no nos atrae especialmente. Pasa sin pena, sin glora sin poso, sin nada.
En el reparto de actores encontramos a Zachary Quinto (Star Trek), Haaz Sleiman (Jack Ryan), Mélanie Laurent (Inglorious Bastards), Shaun Toub (The Path to 9/11) y Sherilyn Fenn (Twin Peaks), entre otros.
De la plataforma Apple es sin duda lo que más nos ha gustado pero en el país de los ciegos el tuerto es el rey.